Pineda, Pablo: El reto de aprender. Un relato desde la diversidad. San Pablo, Madrid, 2013. 152 páginas. Comentario realizado por Arantxa Garay-Gordovil.
Todavía me sorprende ver cómo en muchos contextos, más o menos formales, se sigue discutiendo sobre si nuestra escuela debe ser una escuela que acoja la diversidad; mantener en el centro del debate educativo el problema de la diversidad del alumnado como origen de las dificultades y los fracasos del sistema.
Pablo Pineda, malagueño, maestro, joven, actor, comunicador y, además, persona con Síndrome de Down, gracias a Dios fue a una escuela y creció en una familia que consideraba la diversidad un valor, y no un problema; por eso hoy nos cuenta su historia trascendiendo la anécdota y centrándose en una reflexión profunda sobre lo que significa aprender.
En 10 interesantes capítulos, Pablo Pineda desgrana lo que deben ser los pilares fundamentales de un proceso de enseñanza y aprendizaje exitoso. Comienza, de hecho, situando el aprendizaje no como un resultado o un objetivo en sí mismo, sino como un proceso que se construye mientras se vive y que, además, contribuye a que esa vida sea más plena. Es una vida feliz lo que debe ser el objetivo, y el aprendizaje tiene que facilitar dicho objetivo. Nos interpela entonces: ¿Fomentamos con nuestras enseñanzas una vida más feliz a nuestros alumnos, hijos, compañeros, amigos...?
Además, Pablo Pineda parte de una concepción de aprendizaje muy completa, que va más allá de una labor intelectual, como él dice, y que califica además como una labor personal, comportamental, autónoma, social, asertiva, psicológica, emocional, afectiva o relacional.
El autor nos habla, a partir del segundo capítulo, de los elementos que hacen de ese aprendizaje un proceso tan rico y complejo. La motivación que une a la confianza de los demás y de uno mismo, a la concepción de aprendizaje y a las expectativas de éxito, es el motor inicial de este reto que es para Pablo aprender.
Se describen entonces los tres agentes que pueden impulsar o frenar las posibilidades de aprendizaje de un niño: sus profesores, su familia y sus compañeros. Pineda tiene claro que aprender no es algo que se consiga en solitario. En esos tres capítulos centrales nos describe características que deben estar presentes en estos tres colectivos; algunas, como la aceptación y valoración de la diferencia, la confianza, la naturalidad... son comunes; otras, como la innovación, la apertura, o la cesión de autonomía, más específicas de cada uno. Pero, desde luego, si algo sorprende en esta parte del libro, es la profundidad y complejidad con que Pablo nos describe su propia experiencia, y la gratitud y confianza tan grandes que transmite a los profesores, a los padres y a los niños y jóvenes. Aunque es realista y crítico, sus palabras están llenas de optimismo y confianza en el ser humano y en sus posibilidades de ayudar a otros a ser mejores.
Hay que destacar también los capítulos que dedica a hablar de los métodos, procesos y estrategias de aprendizaje: no tener prisa; la comprensión, mejor que la reproducción; la experimentación y el descubrimiento; el valor de la equivocación; aprender a aprender; la funcionalidad de los contenidos; la necesidad de atención, memoria, comprensión y motivación... son algunas de las reflexiones que hace al respecto.
Dos son los capítulos que nuestro autor dedica a reflexionar sobre la diferencia y la diversidad. Nos explica cómo es mejor hablar, no de discapacidades, sino de distintas capacidades, y lo confuso y ambiguo que es pensar en clasificar a las personas. Además, pone el acento en algo con lo que iniciaba esta recensión: ¿es la diversidad, la diferencia, un problema? Dice Pablo Pineda que es necesario luchar contra la homogeneización de la sociedad, reivindicar el derecho a ser diferentes, pues la diversidad es connatural al ser humano y, hagamos lo que hagamos, nunca podremos neutralizarla. Pongámosla entonces en valor y transformemos nuestras escuelas, nuestras familias y nuestras sociedades en espacios que aprovechen la diversidad como fuente de riqueza para el aprendizaje y para la vida.


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