Schlüter, Ana María: Cantos rodados. Mi camino hacia el zen. PPC, Madrid, 2014. 132 páginas. Comentario realizado por Daniel Izuzquiza.
Si algo se pone de moda, y más en la sociedad de consumo, malo. Este es un riesgo que tiene el atractivo de la espiritualidad oriental en nuestro mundo europeo secularizado. Por ello, frente a tantas propuestas atractivas pero no siempre contrastadas, libros como éste son imprescindibles. La autora es cristiana auténtica y maestra zen; desde 1985 dirige en Brihuega (Guadalajara) el Zendo Betania. Le avalan, pues, décadas de experiencia y una decena de libros publicados. La primera parte de este libro (capítulos 1 a 4) describe su itinerario vital, el camino que le condujo como cristiana hasta el zen, su propia práctica del zen y su experiencia en cursos y retiros. La segunda parte de la obra (capítulos 5 a 8) es más reflexiva y se centra, en primer lugar, en el marco de relación entre ambas tradiciones. Afirma con claridad que «es necesario que el zen sea realmente zen y la fe cristiana sea realmente fe cristiana, conservando sus valores característicos» (p. 74). Subraya la importancia de ver las semejanzas y también las diferencias para evitar la «superficialización sincretista» (p. 84) y así entrar en un camino de enriquecimiento mutuo, profundización e interpelación. Dedica unas importantes páginas al discernimiento, tanto en lo referido a los criterios para un auténtico «despertar», como a las diversas posturas ante la relación zen-cristianismo. Breves pero luminosas son las reflexiones sobre la proyección social del zen, invitando a la doble radicalidad en la acción: ir a las causas estructurales de la injusticia y actuar desde el propio centro o raíz personal. Recomendable lectura.
Si algo se pone de moda, y más en la sociedad de consumo, malo. Este es un riesgo que tiene el atractivo de la espiritualidad oriental en nuestro mundo europeo secularizado. Por ello, frente a tantas propuestas atractivas pero no siempre contrastadas, libros como éste son imprescindibles. La autora es cristiana auténtica y maestra zen; desde 1985 dirige en Brihuega (Guadalajara) el Zendo Betania. Le avalan, pues, décadas de experiencia y una decena de libros publicados. La primera parte de este libro (capítulos 1 a 4) describe su itinerario vital, el camino que le condujo como cristiana hasta el zen, su propia práctica del zen y su experiencia en cursos y retiros. La segunda parte de la obra (capítulos 5 a 8) es más reflexiva y se centra, en primer lugar, en el marco de relación entre ambas tradiciones. Afirma con claridad que «es necesario que el zen sea realmente zen y la fe cristiana sea realmente fe cristiana, conservando sus valores característicos» (p. 74). Subraya la importancia de ver las semejanzas y también las diferencias para evitar la «superficialización sincretista» (p. 84) y así entrar en un camino de enriquecimiento mutuo, profundización e interpelación. Dedica unas importantes páginas al discernimiento, tanto en lo referido a los criterios para un auténtico «despertar», como a las diversas posturas ante la relación zen-cristianismo. Breves pero luminosas son las reflexiones sobre la proyección social del zen, invitando a la doble radicalidad en la acción: ir a las causas estructurales de la injusticia y actuar desde el propio centro o raíz personal. Recomendable lectura.
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