viernes, 3 de junio de 2016

Isaac Asimov: Yo, robot. Por Alonso Cabañero

Asimov, Isaac: Yo, robot. Edhasa, Barcelona, 1950 (1ª edición en inglés). 373 páginas. Traducción de Manuel Bosch Barret. Comentario realizado por Alonso Cabañero.

Comencé a leer este libro por primera vez tras terminar la trilogía de la Fundación (que me fue recomendada por un amigo) y lo primero que hice fue buscar con avidez algún otro libro de Isaac Asimov. Había quedado fascinado con la historia de la Fundación y, al terminarlo, me quedó clara la magnificencia de Asimov y su gran pericia al escribir. La imaginación de Asimov volaba durante la escritura de este libro, pero volaba baja y cercana al suelo de la realidad.

Isaac Asimov es un soviético de procedencia judía que viajaría con sus padres a EE.UU. con tres años de edad. Se crió en Nueva York, en el barrio de Brooklyn, y viviría allí hasta los 72 años de edad, cuando muere de sida. Se crió entre las tiendas de chucherías de su padre y en un quiosco descubrió un cómic de ciencia ficción que lo encaminaría por el resto de su vida. Escribió infinidad de historias relacionadas con la robótica (él mismo inventó esta palabra) y la ciencia ficción.

Yo, robot es una compilación de pequeñas historias asociadas con robots. La variedad no puede ser mayor, puesto que las historias van de robots mudos a robots políticos, pasando por robots humoristas y robots locos siempre acompañados de la mano por la robopsicóloga Susan Calvin. Las historias tienen lugar entre 1996 y 2052. En este libro hay infinidad de problemas de lógica que pueden ser resueltos en mayor o menor grado si se tienen en cuenta las tres leyes de la robótica:
1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por su inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley.

Con estas tres simples leyes, los personajes de la novela (y ustedes mismos en algunos casos) podrán o no resolver los enigmas de estas 9 historias.

I Robbie. Ambientada en 1996, el cuento trata el desarrollo de los primeros robots y la reacción humana. La historia gira en torno a una niña llamada Gloria y su relación con Robbie (su robot niñera), que se ve afectada debido a que su madre quiere que el robot se vaya.

II Sentido giratorio. La historia se desarrolla en 2051 en las minas de mercurio. Es el primer problema que involucra las tres leyes de la robótica. El problema surge cuando Speedy (el único robot de los trabajadores) se estropea y da vueltas constantemente a un pozo de mineral. El problema radica en que los investigadores requieren del mineral para cargar las baterías de las fotocélulas que son su única protección frente al Sol.

III Razón. Medio año después, los mismos trabajadores se encuentran en una estación orbitando al Sol y prueban un robot experimental encargado de reemplazar a los últimos trabajadores humanos en la estación. El problema surge cuando el robot deja de creer en lo que le dicen sus creadores.

IV Atrapa a esa liebre. Dos semanas de vacaciones después, los trabajadores son enviados a un asteroide de iridio para poner a prueba las capacidades de un nuevo robot múltiple que les dará los mismos problemas a los trabajadores como los anteriores. Este nuevo problema, sin embargo, no tiene que ver con las leyes. Este problema es que al robot en cuestión le ha dado por realizar marchas militares.

V ¡Embustero! En 2021, debido a un fallo de fabricación, un robot resulta ser capaz de leer el pensamiento. Los investigadores (entre ellos Susan Calvin), por tanto, se encargan de encontrar ese fallo en su fabricación. Las cosas, sin embargo, se torcerán un poco.

VI Pequeño robot perdido. En 2029, Susan Calvin y otro científico son llamados a la zona de pruebas del primer salto interespacial. Esto se debe a que uno de los robots se ha perdido y luego encontrado, lo cual es un problema porque ese robot era parte de un proyecto del gobierno que...

VII Evasión. Nada más llegar de la zona de pruebas, Calvin se entera de que hay un problema en la Tierra. La competencia ha hecho una oferta muy interesante que podría significar la construcción de la primera nave interespacial.

VIII La evidencia. Todos sabemos que los políticos, en sus interminables guerras, siempre están dispuestos a destruir la reputación de su contrincante por todos los medios posibles... Pero por ahora ninguno ha acusado al otro de ser un robot.

IX Un conflicto evitable. El nuevo problema surge cuando muchas obras y trabajos son retrasados o cancelados y los responsables le echan la culpa a la máquina. Byerley (coordinador mundial) trata de resolver quién es el culpable: la máquina o el hombre.

En resumen, Yo, robot es una novela apasionante repleta de misterio. Escrita por un autor formidable y de imaginación abierta que relaciona fantasía y ciencia, este libro los mantendrá atentos de principio a fin y los sorprenderá completamente.


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