García Maestro, Juan Pablo: Solo el amor nos puede salvar. La actitud del cristianismo ante las otras religiones. San Pablo, Madrid, 2015. 246 páginas. Comentario realizado por Daniel Izuzquiza.
Las grandes religiones no se encuentran ya en reuniones de alto nivel, ni tampoco se ven principalmente en los libros. A pie de calle, en las ciudades occidentales principalmente, nos topamos con este fenómeno. Y ello nos hace reflexionar, despierta curiosidad, cuando no recelos y conflictos, y exige una respuesta. Juan Pablo García, profesor del Instituto Superior de Pastoral (Madrid), bucea en el cristianismo —ésa es su intención— para encontrar fundamentos que hagan posible el diálogo con el resto de religiones, más allá del buenismo de cada persona o amparado en pobres actitudes relativistas. Encontramos en sus seis capítulos un intento de fundamentar, llegando a todo cristiano, el diálogo interreligioso en la misma tradición cristiana, en la actitud ante otras religiones.
En el primer capítulo aborda la cuestión del relativismo, como uno de los asuntos teológicos de mayor relevancia en la actualidad. Con sus críticas y estilo de vida desenfadado, aparentemente despreocupado, recuperamos la importancia esencial de un diálogo que busca mucho más que verdades teóricas.
En el segundo trata sobre la fe, en el marco del Año de la Fe de 2012, recogiendo en sus páginas parte de las grandes líneas del Concilio Vaticano II y algún momento de la Tradición. Importante porque, si este diálogo está en los genes cristianos, en la propia fe, se convierte también en una especie de obligación moral.
En el tercero estudia el compromiso por la paz, manifestado en Asis en repetidas ocasiones, como punto esencial en ese diálogo. Según Andrea Ricardi, uno de los grandes frutos de los últimos veinticinco años es que “los ha hecho amigos”. Y en la cercanía se dialoga mejor, con mayor disposición a la escucha.
En el cuarto dialoga con el Islam, muy marcado por los acontecimientos recientes y su identificación con un sector minoritario pero existente.
En el quinto repasa los retos de este diálogo para la vida religiosa, recogiendo documentación y experiencias de los últimos siglos, y valorando su implicación y actitud en diversas partes del mundo.
Y el último hace una semblanza del Papa Francisco como hombre interesado e involucrado en este asunto de primera mano.
Un libro que, en conjunto, puede despertar en muchos el interés y un mayor acercamiento. Escrito con sencillez y estructurado en sus capítulos, su lectura es apta para un público amplio, de raíz cristiana, e interesado en el acercamiento.
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