sábado, 22 de diciembre de 2018

Paloma Robles: Fangfang. Por Javier Sánchez Villegas

Robles, Paloma: Fangfang. Alrevés, Barcelona, 2018. 280 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Reconozco que mi relación con la comunidad china en Madrid roza el cero absoluto. Hasta hace bien poco, se limitaba al contacto que podía tener cuando iba a una tienda de chinos a comprar caramelos o algún producto alimenticio que necesitaba en casa. Nada más. Desde hace un par de años, con el cambio de trabajo, algo más la voy conociendo, sobre todo si tenemos en cuenta que, entre mis alumnos, aumenta el número de chinos. Pero poco más.

Hace unas semanas, se puso en contacto conmigo la editorial Alrevés. Su editora me decía que quería mandarme un ejemplar de un nuevo libro publicado, dado que su autora tenía interés en que saliera un comentario en Libris Liberi. Reconozco que no estoy muy acostumbrado a este tipo de cosas, pero el libro me llamó la atención y acepté. Al cabo de poco tiempo, tenía un ejemplar en casa.

Nada más llegar me puse a leerlo. Al principio, despacio. A partir de un momento determinado, ya no pude parar. El personaje de Fangfang me había cautivado y suscitaba en mí innumerables preguntas. ¿Quién es Fangfang? ¿Qué le pasa a Fangfang? ¿Por qué cosas ha tenido que pasar para llegar a ser quien es en este momento? Para responder todas estas cuestiones, obviamente hay que leer el libro. Al final encuentras la respuesta, y todo lo que parece inconexo y extraño recobra el sentido. Conclusión: una obra redonda, bien escrita, con un ritmo que va in crescendo y que te permite centrar un poco tu mirada hacia la realidad de la comunidad china. Pero vayamos poco a poco.


La autora se llama Paloma Robles (Madrid, 1979). Recién licenciada en Literatura por la Universidad de Queen Mary (Londres) se trasladó a China para impartir clases de inglés en la Universidad de Fudan (Shanghái) y con el objetivo de aprender la lengua del país asiático. Más tarde, cursó un Máster en Lengua y Cultura China en la Universidad de Leiden (Holanda), en cuyo TFM estudió los desplazamientos forzosos que tuvieron lugar a raíz de la construcción de la presa del río Yangtze en el sur de China. Tras dedicarse de forma intensiva al aprendizaje del chino, trabajó en Pekín como periodista y para una ONG local dedicada a la prevención del VIH. Allí tuvo la oportunidad de establecer contactos y conocer la situación de grupos desfavorecidos como los LGBT, trabajadores del sexo, inmigrantes en la ciudad desde las zonas rurales y minorías étnicas, así como pudo profundizar en diversos aspectos de la realidad social del país y desarrollar una perspectiva desde dentro de la comunidad. De vuelta en España, fue intérprete y mediadora para la comunidad inmigrante china en Madrid y profesora de chino en el Instituto Confucio. En 2015 regresó a China becada por el gobierno de Hong Kong para cursar un doctorado enfocado en la identidad y experiencias de adaptación de los chinos de segunda generación residentes en España. Su interés por las comunidades inmigrantes y desplazadas ha sido constante durante todos estos años y es protagonista de su narrativa breve, publicada en la revista Granta, y de su primera novela, Fangfang.

Pero, ¿cuál es el argumento de Fangfang? Cuando Nana emigró de China con su esposo y su hija pequeña para regentar una tienda de comestibles en Madrid, el futuro de la familia era prometedor. Pero la llegada de Fangfang, su hija mayor, cuatro años después, revela las enormes dificultades que pueden surgir a la hora de adaptarse a una nueva cultura tan lejana y diferente como es la española. Ahora Nana vive en Madrid con sus nietos y Fangfang en un oscuro sótano lleno de cucarachas. Tiempo atrás, a Fangfang le sucedió algo trágico, y ese suceso encierra la clave de la situación en la que se encuentra ahora la familia. En un relato que transita entre el pasado y el presente, los detalles y las circunstancias de ese suceso determinante se van desvelando, y en ese proceso de descubrimiento, Nana deberá enfrentarse a sus miedos y hacer frente a sus errores y sus fracasos. A su vez, y acompañándola en este fascinante tránsito de autoevaluación, el lector podrá adentrarse con Nana en los rincones más sombríos y desconocidos de la inmigración china en España, y experimentar con ella un viaje de una asombrosa y desgarradora humanidad.

Este es el argumento, tal cual es narrado en la contracubierta del libro. Me ha parecido que era mejor mantenerlo tal cual. No obstante, y antes de terminar, sí quisiera recalcar el hecho del realismo con el que Paloma Robles trata a los personajes, sus entornos en España, y sus referentes en China. Nos hemos acostumbrado a ver tiendas de chinos en nuestros paisajes urbanos, de esas que están abiertas dieciséis horas al día, pero pocas veces hemos cruzado el umbral del diálogo personal con ellos. Detrás de esas tiendas, hay muchos dramas humanos: necesidad, incomprensión, desarraigo, dificultades económicas y lingüísticas, sociales, culturales, etc. Creo que no somos conscientes del tema. En este sentido, la autora de Fangfang nos hace una invitación a descubrir el velo de la ignorancia y la indiferencia, y, sobre todo, a ver en ellos (y en todo el mundo, sea cual sea su origen) a personas con igual dignidad. Fangfang es un canto a la vida, a la lucha, a la superación. Pero también es un canto a la humanidad. Enhorabuena, Paloma, por tu magnífica novela. Gracias por haberme hecho pasar momentos tan intensos con su lectura.

Aprovecho este comentario para desearos a todos una muy feliz Navidad y un próspero año 2019. Que sea el año de la realización de los sueños más profundos que todos llevamos dentro. Hasta la próxima.

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