viernes, 18 de agosto de 2023

José María Guibert: El liderazgo ignaciano. Por Nelson Faria

Guibert, José María: El liderazgo ignaciano. Una senda de transformación y sostenibilidad. Sal Terrae, Santander, 2017. 207 páginas. Comentario realizado por Nelson Faria.

El momento actual bien puede describirse como uno en el que la crisis de liderazgo es un punto más de turbación entre los muchos problemas con que nos planteamos. Este libro propone un modelo de liderazgo desde las intuiciones ignacianas, en una perspectiva que se basa y parte desde lo espiritual, pero en un abordaje que permite al no creyente –e incluso al escéptico– acercarse y entender qué puente se puede tender entre la visión empresarial y las buenas prácticas de la sabiduría ignaciana. 

¿Será posible que una institución con quinientos años –como la Compañía de Jesús– tenga algo que aportar en este tema? Es precisamente por ser una institución con quinientos años, que acumula sabiduría y buenas prácticas, que puede aportar en temas como el liderazgo y las relaciones humanas. Basada en una espiritualidad que busca el vivir desde la interioridad, sus buenas prácticas institucionales pretenden que la organización, más que un grupo de gente que busca un mismo objetivo, sea un cuerpo. 

Un conjunto de buenas prácticas puede entenderse como algo poco encarnado, es decir, sin carne, sin relación, sin conexión incluso con la realidad, sea con aquella en que habita, sea aquella a la cual tiene pretensión de dirigirse. En los actuales planteamientos en torno a las organizaciones hay un excesivo peso de la técnica, que nos hace perder de vista a las personas. El liderazgo ignaciano es un ejercicio de «recuperación de las intuiciones de la vida y la práctica de Ignacio de Loyola y su aplicación a la problemática actual del liderazgo, al reto de acompañar personas hacia el logro de una misión determinada». El abordaje de este libro pretende que la institución llegue a ser algo más que jerarquía y distribución de tareas, pretende que esta llegue a ser una unidad orgánica. Para eso, en el seguimiento del encanto por el texto de los Ejercicios, entiende el autor que es la hora de presentar al público el texto de las Constituciones de la Compañía de Jesús, que Ignacio escribió para que esta orden religiosa mejor cumpla su fin, un texto con lo cual todos necesitamos recuperar intimidad. 

El libro está dividido en cuatro partes: la primera presenta la intención del autor de unir el entusiasmo y debate actuales en torno al liderazgo y la espiritualidad; el segundo está dedicado a la persona líder, desde la vida de Ignacio de Loyola y la visión de liderazgo de la Compañía, en contacto con otras aportaciones actuales; en la tercera parte, el autor dedica su atención a las instituciones mismas, a su intencionalidad, y los modelos de liderazgo que mejor las sirven; por fin, la cuarta y última parte, bien que se puede leer a modo de resumen, pues reúne mucho de lo que es presentado a lo largo de la obra, como una síntesis dónde podemos ser desafiados a reflexionar. Para aquél que ya esté bastante familiarizado con el tema, el capítulo 9 del libro –"Liderazgo ignaciano: una guía marco"– es indudablemente un texto que tener cerca en su día a día. 

Los textos que componen el libro, originalmente se presentaron como textos para revistas de temas empresariales, revistas de espiritualidad ignaciana o conferencias. Tal vez sea este su punto más débil: bien organizado, con buenos puentes, pero sin lograr ultrapasar el shock entre distintos estilos de escritos, o la repetición de temas. Sin embargo, al lector a quien ayuda que se le presente el tema desde puntos de partida distintos, este trazo puede resultar enriquecedor. Es posible que a quienes les gusta un abordaje cristiano en una perspectiva más de «o Dios o nada» no se encuentren a gusto entre las páginas, pero el autor no esconde que no es a ese público que se dirige, aunque tampoco lo excluye. El objetivo principal no es demostrar la mayor valía de la creencia, pero sí la evidencia de una sabiduría divina que en todo está y que alcanza más lejos que nuestras pretensiones. 


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