Anselm Grün: Luchar y amar. Por José Manuel Burgueño

Grün, Anselm: Luchar y amar. Cómo los hombres se encuentran a sí mismos. San Pablo, Madrid, 2005. 222 páginas. Comentario realizado por José Manuel Burgueño.

Nadie discute que durante muchos siglos los hilos de la historia y del mundo los han movido hombres, y que la mujer ha ocupado un segundo plano. Ese pretendido elogio a la condición femenina que afirma que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer trasluce, en definitiva, el hecho de que, al final, la mujer no ocupa el primer plano. Lo cierto es que, frente a la histórica y tradicional prepotencia de los varones respecto de las mujeres, surgió un necesario feminismo, con el fin de igualar los derechos de la mujer a los del hombre. De esta forma, venía a contraponerse en la conciencia social el concepto de feminismo al de machismo. La auténtica lástima es que no naciese a la vez un movimiento «varonista» o «masculinista» que buscase el auténtico lugar del hombre en la sociedad y en el mundo.

Anselm Grün pretende con este libro cubrir ese hueco, al menos en lo que se refiere al hombre dentro de la Iglesia, que podría en gran medida extrapolarse al mundo en general. Parte precisamente de que la potencia del movimiento feminista en las últimas décadas ha provocado la perplejidad y la inseguridad en muchos hombres, que se han refugiado en dos arquetipos extremos que no valen para la efectiva construcción del Reino en la Tierra: el «macho» y el «blandengue», como él los llama. Y, curiosamente –o no tanto, según se mire–, en los entornos eclesiásticos dominan los segundos, que buscan en la espiritualidad un ámbito de seguridad y paz frente al conflicto; un tranquilizante, más que un estimulante. Como ha observado el autor (muy activo en cursos, retiros y acompañamientos personales), hombres agresivos que quieren cambiar el mundo rara vez recurren a los cursos espirituales. 

Su propuesta, pues, apunta a la necesidad de que el hombre encuentre ese punto de concordia entre el amor y la lucha: «quien solamente lucha corre el peligro de volverse duro e insensible; quien solamente ama propende a potenciar tan sólo su parte afectiva de ternura. Las dos virtualidades pertenecen a la masculinidad. Como luchador, el hombre es capaz de amar; y su lucha necesita el amor para que no se convierta en un combate rabiosamente ciego». 

Para ello, el prolífico autor benedictino propone 18 arquetipos basados en figuras bíblicas masculinas, de cada una de las cuales destaca un aspecto que puede ayudar al hombre a encontrar su propia identidad uniendo esos dos elementos comunes en todos ellos de lucha y amor. «La Biblia –afirma– nos habla de hombres fuertes». Desde Adán, pasando por los patriarcas, los reyes y los grandes profetas, hasta los protagonistas del Nuevo Testamento, va subrayando la característica que, para él, define al personaje (el peregrinaje de Abraham; la paternidad de Jacob; la amistad de Juan; Salomón como amante...), combinando en cada uno de ellos la parte narrativa de su historia con otra más reflexiva y repleta de carga de profundidad. Su intención es que cada lector elija el personaje y arquetipo que en su situación más pueda interpelarle y ayudarle. En todo caso, el último de ellos, Jesús, es el que sirve para todos en cualquier momento. 

Es lógico que, al escoger sólo 18, queden muchos fuera de la selección; pero quizá se echa de menos particularmente a san José, prototipo y ejemplo de padre de familia, a la vez que espejo para las vocaciones religiosas. Una figura probablemente poco reivindicada hoy y que, sin embargo, daría mucho juego en la sociedad actual. 

Grün se dirige deliberadamente a un público masculino –él mismo lo indica en su prólogo–, lo cual no deja de ser un riesgo editorial para un libro religioso, teniendo en cuenta a la mayoría femenina que hoy sostiene (al menos en número) la Iglesia. En todo caso, se trata de un texto ligero y fácil de leer, como es habitual en él, que no por ello renuncia a la profundidad. Una propuesta acertada, valiente y necesaria.