Innerarity, Daniel y Aymerich, Ignacio (comps.): Derechos humanos y políticas públicas europeas. Paidós, Barcelona, 2016. 294 páginas. Comentario realizado por Daniel Izuzquiza.
Se recogen en este volumen las contribuciones de diversos especialistas a un congreso organizado por el Instituto de Gobernanza Democrática, con sede en San Sebastián. Las dos primeras secciones miran hacia el exterior, analizando el papel de Europa en el mundo, mientras que la tercera parte del libro se vuelve hacia el interior de la Unión Europea (UE), centrándose en los derechos sociales como seña de identidad europea. ¿Condiciona realmente la UE su ayuda al desarrollo a que esos países respeten los derechos humanos?
Tras repasar los casos más significativos, Juan Soroeta concluye que la UE «sigue haciendo honor a su origen más estrictamente mercantilista, priorizando la defensa de sus intereses económicos y políticos sobre los valores» (p. 57).
Se recogen en este volumen las contribuciones de diversos especialistas a un congreso organizado por el Instituto de Gobernanza Democrática, con sede en San Sebastián. Las dos primeras secciones miran hacia el exterior, analizando el papel de Europa en el mundo, mientras que la tercera parte del libro se vuelve hacia el interior de la Unión Europea (UE), centrándose en los derechos sociales como seña de identidad europea. ¿Condiciona realmente la UE su ayuda al desarrollo a que esos países respeten los derechos humanos?
Tras repasar los casos más significativos, Juan Soroeta concluye que la UE «sigue haciendo honor a su origen más estrictamente mercantilista, priorizando la defensa de sus intereses económicos y políticos sobre los valores» (p. 57).
También Jokin Alberdi plantea si la ayuda al desarrollo está orientada a la democracia y los derechos humanos o si está enfocada a los intereses propios; insiste en la necesidad de mejorar los instrumentos políticos para mejorar el compromiso con los derechos humanos.
Desde su experiencia práctica, Wilson de los Reyes plantea el desafío de conjugar la tecnificación a la hora de gestionar la cooperación con la necesidad de potenciar a actores locales que garanticen resultados sustantivos.
Todd Landman sitúa la cuestión en el marco de la historia democrática de Europa y reclama mayor claridad conceptual y consistencia a la hora de aplicar los principios.
Susanne Gratius destaca que los derechos humanos son una responsabilidad compartida entre Estados y empresas e indica que deben resolverse cinco dilemas: estabilidad-inestabilidad, promoción derechos-injerencia, valores-intereses, fuerte compromiso-débil implementación, gobierno-oposición.
Javier Zamora se centra en el análisis jurídico del caso de la empresa Royal Dutch contra el pueblo ogoni en el delta del Níger, mientras que Anthony Dworkin llama la atención sobre la necesidad de replantear la estrategia de derechos humanos europea en el actual contexto postoccidental.
Los seis capítulos que conforman la tercera sección del libro se centran en la Europa social como factor diferencial. Jaime Merchán y Luis Jimena Quesada describen sus especificidades y pilares básicos; Polonca Koncar describe la evolución de la Carta Social Europea, a la par que Jean-Michel Belorgey defiende la garantía de derechos sociales como factor diferencial europeo. Las otras dos contribuciones plantean dos cuestiones prácticas que siembran algunas dudas sobre la bondad del edificio social europeo: ¿son estos derechos efectivos, también en época de crisis económica?, se pregunta Manuel Calvo. ¿Hasta qué punto se pueden exigir judicialmente?, se plantea Jean-Francois Akandji-Kombé.
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