González de Cardedal, Olegario: Ciudadanía y cristianía. Una lectura de nuestro tiempo. Encuentro, Madrid, 2016. 348 páginas. Comentario realizado por Pablo Ruiz Lozano (Doctor en Filosofía y Licenciado en Teología. Facultad de Teología de Granada).
En los últimos años no es extraño encontrarse noticias de ataques a la libertad religiosa o a instituciones y a referentes católicos de España. Quizás afirmar que hay persecución contra lo cristiano en nuestro país pueda ser exagerado, aunque a algunos les guste buscar la confrontación. Sin embargo, es un hecho que en España hay una dificultad para integrar al que vive y piensa de manera diferente. Lo fácil es situarse en el extremo y tratar de negar la existencia al que no está de acuerdo con nuestra propia manera de pensar. Y esto aparece como una constante en nuestro país, salvo épocas excepcionales, en una cuestión tan importante como es el de la fe y, en concreto, el de la fe católica.
En los últimos años no es extraño encontrarse noticias de ataques a la libertad religiosa o a instituciones y a referentes católicos de España. Quizás afirmar que hay persecución contra lo cristiano en nuestro país pueda ser exagerado, aunque a algunos les guste buscar la confrontación. Sin embargo, es un hecho que en España hay una dificultad para integrar al que vive y piensa de manera diferente. Lo fácil es situarse en el extremo y tratar de negar la existencia al que no está de acuerdo con nuestra propia manera de pensar. Y esto aparece como una constante en nuestro país, salvo épocas excepcionales, en una cuestión tan importante como es el de la fe y, en concreto, el de la fe católica.
Por eso, siempre tiene que ser bien recibido cualquier libro que trate de ofrecer luz a este problema. Y eso es lo que pretende este texto de Olegario González de Cardedal: ofrecer una mirada a nuestra realidad en España, que ayude, en especial a los creyentes cristianos, a vivir su fe como ciudadanos en una sociedad plural. Que tiene muchas raíces cristianas, pero donde lo cristiano es cada vez más desplazado e, incluso, más rechazado. Y en donde a los cristianos parece que les cuesta vivir a la vez sin dificultad su fe, junto con el compromiso que nace de ella, y también su realidad como ciudadano.
Olegario González de Cardedal es reconocido como teólogo de prestigio. Pero su reflexión y su preocupación va más allá del quehacer teológico. Cualquiera que conoce en qué consiste la reflexión teológica, sabe que esta debe mirar la realidad que la rodea y a partir de ella dar razón de la fe en la que se cree. De hecho, a lo largo de la historia ha habido muchos ejemplos de teólogos que han sabido integrar la teología unida a la reflexión social o a una reflexión de carácter antropológico. Nuestro autor es un referente de este modo de pensamiento en el contexto español. Tan solo hay que recordar sus frecuentes artículos en el diario ABC o algunas de sus obras anteriores, como España por pensar.
En la misma línea, que esta última obra, se sitúa el libro que estamos presentando. Su deseo es pensar España en unos tiempos de convulsión y cambios sociales, políticos y económicos. Pero, quien lo realiza es un cristiano, un teólogo, que trata de mostrar cómo el creyente, el seguidor de Jesús, puede desplegarse en la realidad en la que vive y puede ayudar, en ese hacerse, a desplegar nuestra sociedad y a enriquecerla.
El texto se divide en dos partes. En la primera hace un análisis de la realidad desde la perspectiva de la cultura, la ética, la religión y la política. En ellas ve el autor las fuentes interiores sobre las que se construye la identidad de la ciudadanía. De particular interés son las descripciones de las dimensiones éticas y religiosas. Son fruto de un observador lúcido y de una mirada deseosa de construir más que de rechazar. Nos parece muy acertada la acusación de individualismo ético o de superficialidad religiosa aplicada al pueblo español. De hecho estas dos características van a condicionar muchos de los comentarios que va a desarrollar en sus propuestas y retos.
En la segunda parte trata de responder a la gran pregunta que pretende articular el texto: cómo pueden convivir el ejercicio de la ciudadanía y lo que el autor llama “cristianía”: «la configuración personal de un hombre por las realidades cristianas asumida en conciencia explícita, decidida voluntad y realismo de vida» (p. 16). Para ello y como preámbulo, dedica dos apartados en los que contextualiza la realidad eclesial, desde el concilio Vaticano II, y la realidad europea. Como en la primera parte, González de Cardedal muestra su capacidad de análisis y su fina visión de la realidad. En el apartado de la Iglesia se descubre la experiencia de una persona que ha vivido toda la transformación eclesial desde dentro, pero que también sabe distanciarse para realizar una evaluación equilibrada de todos los cambios que han sucedido en la Iglesia en los últimos cincuenta años.
La segunda parte, continúa con la respuesta a la pregunta planteada. Se ofrece una amplia enumeración de los retos que se le presenta a la Iglesia española ante el futuro. Este último apartado, resultan muy interesantes los detalles descritos en lo que concierne a las conquistas y a los retos. Sin embargo, adolece de brevedad y profundidad. El planteamiento de los temas y grandes cuestiones es muy acertado, pero, precisamente por ello, se esperaría una mayor profundidad, un análisis más detenido. Me ha parecido particularmente brillante tanto las propuestas que realiza de tareas pendientes del siglo xx para el siglo xxi, como las nuevas tareas que cree que se van a presentar en nuestra sociedad. En ambos casos, la descripción de retos refleja la situación de la Iglesia española actual y las carencias históricas que ha heredado, que muchas veces tienen que ver más con la configuración de la sociedad que con un problema eclesial.
Se puede reprochar algún error en ciertas afirmaciones, como cuando dice que hasta 1970 tan solo había dos facultades de teología en España (véase, p. 289). Pero este tipo de errores no niega el análisis de conjunto que realiza, ni la descripción del problema. El autor dice que de lo que habla es de historia, pero de la historia espiritual del alma española de los últimos tiempos. El texto refleja que ese alma necesita de diálogo, de apertura al otro y de deseo de aportar a la construcción de la sociedad. Olegario González de Cardedal contribuye con esta obra a reflexionar sobre nuestro país y enseña a vivir en una sociedad que es plural y secularizada.
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