martes, 11 de junio de 2019

A. Mastantuono, G. Villata, A. Bonora y S. Ferdinandi: La Iglesia en la ciudad. Por Esteban Gennuso

Mastantuono, Antonio; Villata, Giovanni; Bonora, Augusto; y Ferdinandi, Salvatore: La Iglesia en la ciudad. Un desafío para las parroquias en las urbes actuales. EDE, Madrid, 2018. 102 páginas. Traducción de M. M. Leonetti. Comentario realizado por Esteban Gennuso.

La parroquia no es una estructura caduca, dice el papa Francisco en el n.º 28 de su exhortación programática Evangelii Gaudium. En medio de su reflexión sobre una nueva etapa eclesial marcada por la misión, la salida y, sobre todo, por la conversión, su mirada sobre la parroquia no es la de una estructura del pasado, sino una herramienta clave en el contexto eclesial actual. Esta misma postura se desprende de la obra que aquí reseñamos: La Iglesia en la ciudad. Un desafío para las parroquias en las urbes actuales. Se trata de una obra compuesta por cuatro breves artículos de los sacerdotes italianos Antonio Mastantuono, Giovanni Villata, Augusto Bonora y Salvatore Ferdinandi. Desde sus distintas ocupaciones —profesor en la Pontificia Universidad Lateranense, director del Centro de Estudio y Documentación de la Archidiócesis de Turín, párroco en Milán o vicario general de la diócesis de Terni-Narni-Amelia—, se animan a proponernos una lectura actual sobre la situación de la parroquia. Su mirada está centrada fundamentalmente en la realidad italiana y en la pastoral de las grandes ciudades (como alternativa a los contextos rurales). Sin embargo, esto no quita que sus apreciaciones sean válidas para otros contextos geográficos, ya que sus fuentes son de una gran riqueza y pluralidad. 

Sin perder su vigencia, la parroquia está necesitada de una nueva etapa de reflexión que le permita una serie de superaciones y conversiones acordes a los tiempos actuales. Desde aquí se plantean cuál es el estatuto pastoral de una estructura que originada en torno al siglo XI, más cercana al ámbito rural, se encuentra hoy inmersa en un contexto mayoritariamente urbano. Así, nos invitan a preguntarnos: ¿Cómo responde la parroquia a una sociedad en cambio? ¿Cómo se amolda a una época en la que la movilidad es un elemento presente en la vida de las personas? ¿Cómo se posiciona la parroquia de cara a un nuevo orden mundial que ha asumido ya que no se trata de cristiandad? ¿De qué manera deben relacionarse las mismas con otros agentes de la sociedad civil y agrupaciones de las ciudades? ¿De qué modo se integrará más radicalmente en una Iglesia que se comprende como «Iglesia de comunión» (Cf. LG 1)? ¿En qué forma se comprometerá en su funcionamiento la Iglesia toda, esto es, clero, religiosos y laicos?

Todos estos planteamientos los encontramos en esta sencilla pero contundente obra. Creemos que se trata de un escrito que más que dar respuestas suscita un gran número de preguntas —algunas las hemos enunciado— y, sobre todo, la conciencia cada vez más fuerte de que la parroquia exige una nueva etapa de reflexión que la lleve a ser una realidad significativa sin ser dominante, presente sin ser intimidatoria, colaborativa sin dejar de ser auténtica.

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