jueves, 7 de enero de 2021

Carlos Corral Salvador: Teología política. Por Javier de la Torre

CORRAL SALVADOR, Carlos: Teología política. Una perspectiva histórica y sistemática. Tirant Humanidades, Valencia, 2011. 463 páginas. Comentario realizado por Javier de la Torre.

¿Qué razones han llevado a Carlos Corral, Catedrático emérito de las Universidades Complutense de Madrid y Comillas, autor de una cuarentena de libros, al abandono temporal de su dedicación al Derecho Eclesiástico y al Derecho Canónico para ocuparse de la teología, en este caso de la teología política?

La teología política debería ser algo normal para aquellos que desde la fe escuchan la revelación como un mensaje que tiene algo que decir al mundo. Por eso, desde hace cuatro décadas, se presta cada vez más atención a la influencia de las ideas religiosas en la historia y la influencia de conceptos teológicos en las formas e ideas políticas. Se rompe así una tendencia que viene de la Ilustración y que, pese al paso del tiempo, intenta comprender la historia y la creciente secularización sin referencias religiosas. A pesar de ello todavía hay recelos. Los miedos ante la teología política vienen de tener que ser conscientes de la necesidad de abandonar la inocencia, la ceguera y la neutralidad de muchos planteamientos teológicos. Por eso, la teología política de comienzos del siglo XXI no tiene sólo la función de desmitificar las amalgamas de la teología con las formas políticas, sino la de ordenar y construir un cuerpo de doctrina teológico-política que sirva de orientación a los creyentes.

Como muy bien afirma el autor, todavía no tenemos una teología política sistemática. Más allá de teologías legitimadoras o críticas, no hemos reflexionado suficientemente ni sobre la teología como fuente de conceptos e ideas políticas ni sobre los límites de la política desde una perspectiva religiosa. Por eso, la teología política no es, sobre todo, una historia o una doctrina sobre las relaciones entre religión y política, o entre Iglesia y Estado. Su clave esencial y distintiva está en interpretar la historia de las ideas y formas políticas a través de su dependencia de las ideas y conceptos teológicos. Observar este trasvase o aplicación de conceptos teológicos al mundo a lo largo de la historia es lo que hace en gran parte el libro del profesor Corral. El recorrido histórico es excepcional; comienza con la presentación de las teologías políticas de los imperios helénico y romano; continúa con el estudio de las teologías políticas del Antiguo y Nuevo Testamento; no se olvida de las teologías políticas de S. Agustín y de los Imperios Justinianeo y Carolingio; penetra en las teologías políticas de la Escuela de Salamanca, Suárez y Belarmino; pondera la trascendencia de las teologías de la reforma luterana, calvinista, anglicana y del absolutismo regio católico para concluir con la presentación de la teología política de Carl Schmitt y de Metz y Gustavo Gutiérrez.

Lo singular del libro que ahora presentamos es que el profesor Corral acaba esbozando una teología política sistemática más allá de la historia. La teología política que se propone se mantiene crítica no sólo frente a los sistemas políticos susceptibles de convertirse en ídolos, sino frente a las ciencias sociales que pretenden erigirse en ciencias absolutas y frente a la tendencia privativa e individualista de la religión. La teología política debe seguir proclamando lo insuficiente de una vida cristiana no incrustada en el tejido social, de una fe sin implicaciones políticas. Pero la teología política que pretende sistematizar el profesor Corral da un paso adelante y se muestra atenta, de modo constructivo, a los conceptos teológicos que tienen influencia en lo jurídico-político, a las formas de organización de las instituciones religiosas en sí mismas y en su relación con el poder político y a las consecuencias políticas de la revelación religiosa. Estas tres dimensiones, jurídicopolítica, institucional y de revelación, son esenciales para comprender la completa propuesta del autor.

El libro termina invitando a la colaboración de las Iglesias y de los Estados, pues ni la aconfesionalidad, ni la separación Iglesia-Estado, ni la laicidad positiva o inclusiva, ni la secularización deben excluirlas. A ello además conducen, nos lo recuerda el profesor Corral en unas deliciosas páginas, las novedosas reflexiones que las teologías de la fe, de la esperanza y la caridad aportan a la teología política. La libertad del acto de fe que no puede reducirse a un ámbito privado, sino público, la esperanza en las promesas del amor divino que desea una tierra nueva, y la caridad, como respuesta espontánea y agradecida al amor divino, marcan un modo de estar en el mundo y de relacionarse con lo político. Ojalá que este magnífico libro contribuya a dar un impulso teórico y práctico a la teología política. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario