miércoles, 18 de mayo de 2022

Rafael Aguirre (ed.): De Jerusalén a Roma. Por Miguel Córdoba Salmerón

Aguirre, Rafael (ed.): De Jerusalén a Roma. La marginalidad del cristianismo de los orígenes. Verbo Divino, Estella, 2021. 264 páginas. Comentario realizado por Miguel Córdoba Salmerón (Universidad Loyola, Andalucía, España).

El grupo de investigación sobre los “Orígenes del Cristianismo” nos brinda una tercera obra. Ésta, como los antecedentes, nos ayuda a seguir caminando en el conocimiento de las primeras comunidades cristianas desde distintas perspectivas. El primero de ellos, Así empezó el cristianismo, el más voluminoso, versó sobre el proceso de surgimiento del cristianismo; el segundo, Así vivían los primeros cristianos. Evolución de las prácticas y de las creencias en el cristianismo de los orígenes, estudió, como bien refleja el título, la evolución de las prácticas y creencias de esos primeros grupos, que fueron descritos en profundidad en el primer volumen. Ahora, estos incansables investigadores, nos ofrecen un nuevo estudio sobre estas comunidades cristianas desde la categoría de marginalidad. 

Van a tener en cuenta dos elementos muy importantes, y que el lector debe tener muy presente cuando se acerque a cualquiera de los tres volúmenes: la pluralidad de estos grupos y el origen minoritario de los mismos. El cristianismo se caracteriza por esto, por ser un grupo que, desde el origen hasta la actualidad, está compuesto por grupos de composición social y étnicos muy diversos. Además, en aquellos momentos tuvieron que relacionarse con dos grandes ámbitos: el Imperio y los judíos. En ambos, el cristianismo, como ya decíamos, en sus orígenes, fue minoritario y marginal. Ellos mismos se sabían “marginados” pues estaban “en el mundo sin ser de este mundo”. Nuestros autores se van a preguntar sobre cómo gestionaban esto. 

La obra está dividida en nueve capítulos o artículos, como ellos mismos los definen. Los dos primeros se van a centrar en la figura del Jesús histórico —”El reino de Dios y su propuesta desde la marginalidad creativa”— y la creación de las asambleas por san Pablo —“La ciudadanía del cielo: una propuesta marginal en Filipenses”—. Están elaborados, respectivamente, por Carmen Bernabé y Carlos Gil. Los tres siguientes se centran en el estudio de la marginalidad en el Nuevo Testamento. De este modo, Estela Aldave, en el capítulo cuarto, “‘Mi Reino no es de este mundo’ (Jn 18,36). Marginalidad en el cuarto evangelio”, centra su atención en el estudio sobre estas palabras procedentes del diálogo con Pilato en la Pasión, en donde se presenta esa alternativa al Imperio. Rafael Aguirre partirá de la cita del salmo 118, “La piedra rechazada”, confesión cristológica pospascual, en la que se combina la vida terrestre de Jesús, y su muerte, con la proclamación de la radical reversión de la historia que eso supuso; afirmación que se hace desde la marginalidad, desde donde la primitiva comunidad sueña que otro mundo es posible, generando otras alternativas sociales de mayor calidad humana. El tercer estudio de este grupo, como no podía ser de otro modo, se centra en el texto del Apocalipsis —“El Apocalipsis: visión de un mundo nuevo”—, realizado por Sergio Rosell, en el que nos muestra la forma de pensar y sentir de un grupo marginal que se enfrenta al Imperio romano. 

En un tercer grupo tenemos englobados los tres capítulos siguientes, que se centran en el estudio de textos no canónicos. El primero de ellos, que es el capítulo sexto, “El cristianismo romano según I Clemente”, de David Álvarez, nos muestra a una comunidad que va a aceptar plenamente el orden impuesto por el Imperio, y que acoge la divisa del mismo, “paz y concordia”, como algo propio. Aunque sabemos que la carta está escrita desde Roma a la comunidad de Corinto, ésta nos permite adentrarnos en algunos aspectos del cristianismo romano, pues —en el desarrollo de la epístola Clemente— se apela a los puntos que ambas comunidades tienen en común. Recordemos que las estrategias pragmáticas expresadas el I Clemente serán las que luego triunfen frente a otros grupos cristianos minoritarios. El siguiente capítulo está realizado por Fernando Rivas, que nos permite dirigir la mirada hacia otro de los puntos focales de las primitivas comunidades cristianas, hacia Antioquía, por medio del estudio de los escritos de san Ignacio de Antioquía. Está bajo el título “Marginación en Ignacio de Antioquía”, y nos descubre la marginalidad que aparece no ya con los de afuera sino también internamente. El último artículo individual pertenece a la profesora Elisa Estévez, “El trabajo y el dinero en las comunidades marginales de los orígenes”. En él se hará un análisis de los grupos de segunda a cuarta generación de cristianos, centrándose en los modos de afrontar la profesión, el uso de las riquezas y el poder; cuáles fueron las problemáticas más importantes que abordaron y cuáles fueron sus respuestas, para que, al mismo tiempo mantuvieran sus compromisos de fe y no fueran rechazados por las sociedades con las que convivían. 

Por último, el capítulo noveno, bajo el título: “Reflexiones sobre el cristianismo del presente a partir del estudio crítico de sus orígenes”, que es firmado por todos los autores, nos ofrece la visibilidad de las reflexiones y diálogos que se llevan en el interior del grupo de investigación, no con la intención de realizar unas conclusiones definitivas ni programáticas, sino la de ayudarnos a los lectores y estudiosos de esta época a comprender mejor nuestro presente, y nos ayude a proyectar nuestro futuro. 

Ya solo queda felicitar a cada uno de los autores por sus reflexiones, que nos han ayudado a comprender la importancia de la marginalidad como rasgo esencial que definió al cristianismo originario; y a la Editorial Verbo Divino por su apuesta en la difusión de estudios científicos de calidad que nos ayuda a comprender mejor nuestro pasado, y con ello discernir mejor nuestro presente. 


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