miércoles, 25 de mayo de 2022

Cristian Peralta Núñez: Elegir en tiempos de incertidumbre. Por David Cabrera Molino

Peralta Núñez, Cristian: Elegir en tiempos de incertidumbre. Decidir ignacianamente en la cultura contemporánea. Mensajero-Sal Terrae-UPCo, Bilbao-Santander-Madrid, 2020. 336 páginas. Comentario realizado por David Cabrera Molino.

El autor de este libro sobre la elección desde la perspectiva ignaciana ha realizado una encomiable obra. Más bien se trata de un manual al uso sobre discernimiento que puede permitir al lector adentrarse en el difícil arte de elegir y tomar decisiones. La maestría del autor ha sido la de conjugar el adentramiento académico en el tema, dándole sabiduría, y aportar una reflexión lúcida sobre el momento cultural en que nos encontramos. La aportación al tema, nada nuevo por otro lado, está en la síntesis y la profundidad. Siempre desde la óptica catalizadora que supone la figura de san Ignacio de Loyola, sus escritos y su espiritualidad.

El objetivo principal del autor, explicado en las conclusiones de este libro, es tratar de aportar una reflexión desde la fe cristiana y la espiritualidad ignaciana a los enormes desafíos que nuestro momento actual presenta. La oferta de posibilidades que se despliegan en nuestra época y las demandas de unos sujetos desarrollados en una cultura de lo inmediato, que tiende a satisfacer al yo de forma autorreferencial, sirven de escenario para aplicar los modos ignacianos de elegir y tomar decisiones. De ahí que lo que se presenta en este libro tenga tintes de manual para llevar a la práctica. Es cierto que supone una inmersión académica en todo lo que se refiere al tema, y el autor no escatima citas y referencias bibliográficas que apoyen el desarrollo de la temática. Sirve, además, para abrir al lector a otros aspectos y ventanas donde poder seguir profundizando.

El recorrido que presenta el libro va ayudando desde lo más concreto a la reflexión más aplicada en términos más pastorales y apostólicos. El primer capítulo es un estudio exhaustivo de los tres tiempos para hacer sana y buena elección [EE 169-189]. El autor estudia y expone con detenimiento lo que está reflejado en estos números de los Ejercicios ignacianos. El lector conocerá con profundidad el entresijo del texto ignaciano y su significado. No es posible acompañar o aplicar la elección en discernimiento si no se conoce bien lo que el santo de Loyola plasmó en estos números. 

En un segundo capítulo, el autor nos muestra la experiencia propia de san Ignacio de Loyola. Para conocer la génesis de su propuesta de elección hay que conocer las elecciones que el mismo santo hizo en su vida. Los números de Ejercicios donde se recoge tal elección, en el fondo, son un reflejo de la propia vida elegida por Ignacio en su largo peregrinaje. De ahí que el autor nos brinde un análisis de las fuentes para conocer las propias elecciones de San Ignacio.

En el tercer capítulo, el autor da un paso más, ofreciendo al lector herramientas que pueden acompañar y aplicar la elección en la modalidad ignaciana. Presenta un recorrido por el “magisterio” ignaciano. Las Constituciones de la Compañía recogen en sí los tiempos de elección aplicada a la ayuda de las ánimas y a las misiones, que pueden ser de utilidad para nuestro hoy. Así también el epistolario ignaciano. 

En los capítulos cuatro y cinco, se presentan por un lado los desafíos de la cultura contemporánea a la elección ignaciana y, por último, una aplicación más pastoral ofreciendo rasgos para una elección de vida. Estos dos últimos capítulos ayudarán al lector a realizar un ejercicio de “bajada a la vida” y de concreción pastoral que, sin duda, serán de utilidad para quien ejerce en su ministerio el acompañamiento de otros que tienen que elegir. Culmina esta obra con una serie de apéndices que bordan el trabajo realizado por el autor.

Este libro sobre la elección en la modalidad ignaciana tiene hoy su importancia en el momento eclesial en el que nos encontramos. Estamos en tiempos de oferta masiva, en todos los sentidos. Por eso es tan importante contar con una herramienta buena y probada a lo largo de los siglos como es la metodología ignaciana de los tiempos de elección. Conocerla con hondura y profundidad, y también, con esa exigencia académica, es sin duda, una aportación a los agentes de pastoral del momento para que puedan aplicarla en esta cultura, con sus desafíos, y para servir de ayuda a quienes buscan en su vida, entre tanta oferta, algo de sentido bueno para sus vidas; lo cual hay que hacerlo desde una metodología que ayude a responder a lo que Dios quiere y propone. Evitamos así el autoengaño y los narcisismos del yo.


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