miércoles, 16 de octubre de 2019

Arturo Pérez-Reverte: Sidi. Por Jesús Ángel Rodríguez

Pérez-Reverte, Arturo.: Sidi. Un relato de frontera. Alfaguara, Madrid, 2019. 374 páginas. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez. 

Manual de liderazgo del siglo XXI encarnado por un personaje del siglo XI 

Estás ante una novela de Pérez-Reverte en estado puro. Es una historia que cautiva, que emociona, que te hace viajar a un mundo imaginario y, además, tiene mensaje. Encarnado por un personaje callado, leal, impasible e implacable que conoce su oficio. 

Pérez-Reverte ha conseguido quitarle toda la caspa que puso sobre él el franquismo y le ha devuelto a su estado natural, al que debimos conocer. Un héroe que no luchaba por una idea de España (que no existía). Que nos han intentado vender un personaje que no era real. Que necesitábamos conocer al héroe que fue. 

El Cid que conocemos es el de Valencia, un guerrero poderoso. El que ganó una batalla después de muerto. En la novela nos encontramos al Cid primerizo, el del destierro. El que salió de Vivar con una mesnada de 40 hombres compuesta por primos, sobrinos, amigos y algún aventurero a buscarse la vida. Un grupo de hombres rudos y violentos que se ganaba el pan poniendo su espada al servicio de quien quisiera pagarle. Sí, señores, el Cid era un mercenario. 

El propio Pérez-Reverte dice antes de empezar la novela: «Sidi es un relato de ficción donde, con la libertad del novelista, combino historia, leyenda e imaginación. He simplificado en lo posible la grafía de las expresiones en lengua árabe. Episodios reales como el destierro del Cid y batallas como las de Almenar y Pinar de Tébar se alteran o funden entre sí según las necesidades de la narración. Eso ocurre también con los personajes históricos y los inventados. Hay muchos Cid en la tradición española, y éste es el mío.» 

Para saber por qué lo llama Sidi, y no Cid, tendrás que leer la novela. Y no te lo desvelará enseguida. 

Para mí, Pérez-Reverte es el mejor novelista en lengua española actual y podría estar entre los cinco mejores novelistas del mundo en estos momentos. 

Y además de contarte una historia alucinantemente buena, te da una clase de español. Y todo por menos de 20 €. Con lo que cuestan dos entradas de cine te pagan un viaje a la península Ibérica del siglo XI. Tirado de precio. 

Al principio decía que es un manual de liderazgo. En la página 58 dice: 

«Jamás, desde que guerreaba, había ordenado a un hombre algo que no fuera capaz de hacer por sí mismo. Eran sus reglas. Dormía donde todos, comía lo que todos, cargaba con su impedimenta como todos. Y combatía igual que ellos, siempre en el mayor peligro, socorriéndolos en la lucha como lo socorrían a él. Aquello era punto de honra. Nunca dejaba a uno de los suyos solo entre enemigos, ni nunca atrás mientras estuviera vivo. Por eso sus hombres lo seguían de aquel modo, y la mayor parte lo haría hasta la boca misma del infierno.» 

Y en las últimas páginas (pág. 354) el Rey de Zaragoza (que era musulmán) dice: 

«Eres un jefe extraño, Ludriq. Puedes ser temible con los enemigos, implacable con los indisciplinados, fraternal con los valientes y leales… Tienes la energía y la crueldad objetivas de un gran señor. Eres duro y justo. Y lo que es más importante: puedes mirar el mundo como un cristiano o un musulmán, según lo necesites.» 

Sobre la preparación de sus hombres dice en la página 166. 

«Cuanto más se suda antes de la guerra, menos se sangra en ella.» 

¡GRACIAS, DON ARTURO!


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