lunes, 17 de febrero de 2020

Fratel Michael Davide: ¿Sacerdotes sin bautismo? Por Ramón Gómez Ruiz

Davide, Fratel Michael: ¿Sacerdotes sin bautismo? Una provocación, no un juicio. PPC, Madrid, 2019. 128 páginas. Traducción de Roberto H. Bernet. Comentario realizado por Ramón Gómez Ruiz (Seminario de Monte Corbán, Cantabria).

Últimamente son muchas las voces, desde teólogos hasta psicólogos, que se cuestionan en alto sobre el ministerio ordenado, la situación en la que se ejerce el sacerdocio en la actualidad, y sobre las peculiares circunstancias que viven los sacerdotes de hoy. Se habla de los pecados de los sacerdotes en particular y de la institución eclesial en relación a delitos, abusos y encubrimiento. Por otra parte, observamos constantes intervenciones sobre otro mal del clero: el clericalismo. El Papa insiste mucho en ello. Y esta será la tesis de fondo del libro: “la ordenación presbiteral no puede ser algo que predomine, sino que debe estar al servicio del Bautismo, es decir, del ser cristiano” (pág. 7). El Bautismo es la única dignidad del cristiano. Por el Bautismo somos incorporados a Cristo y cada vocación particular es la invitación a seguirle de un modo concreto. Cuando se pierde esto del horizonte creyente surgen los “ismos” eclesiales.

El autor, Fratel Michael Davide, monje benedictino italiano y doctor en Teología espiritual por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, quiere desarrollar esta idea. Para ello se fijará en los diferentes aspectos, internos y externos, que “configuran” la vida sacerdotal en nuestro tiempo. Como reza la cita inicial del libro: “Si hay algún tema que la Iglesia católica deba afrontar con absoluta sinceridad, sin tapujos de ninguna clase y sin la más mínima constricción interna o externa, es precisamente la situación de sus clérigos” (E. Drewerman).

Los cuatro capítulos en que se dividen las 128 páginas del libro nos acercan, en primer lugar, a una necesaria indignación que es inevitable y que se constituye en una invitación a asumir y reflexionar sobre el desafío de la fragilidad. Por ello es necesario que nos preguntemos sobre las cuestiones que observamos en el sacerdocio, sobre todo en las más dolorosas. Todo ello debe conducirnos a la llamada urgente a la conversión. 

El segundo capítulo abordará esta llamada que se pregunta dónde terminó el discípulo su seguimiento radical. Por ello es necesario descubrir, redescubrir el Bautismo, y un nuevo rostro del sacerdocio, como el de Melquisedec. 

A partir de aquí, en el capítulo tercero, se nos abren nuevas perspectivas y horizontes que nos llevan a entender la vocación sacerdotal desde un nuevo prisma (la vocación: ¿de arriba o de abajo?), redescubriendo el sacramento del orden como un desafío, que impulsa a la profecía, viviendo desde la intimidad y el servicio. Para ello, una de las tareas fundamentales es saber vivir una sexualidad reconciliada, como don de Dios. Y el autor se pregunta y reflexiona sobre la homosexualidad. Además de presentar un nuevo enfoque de la ascética: al arte de vivir

El último capítulo es una invitación a vivir el sacerdocio de forma renovada. Se invita a los curas a un doble reto: ser serenamente distintos y valientemente nuevos. Y esto no nace de la nada, sino de la conversión y la vuelta del corazón y la vocación a Dios. Solo así se podrá hacer frente a las diferentes circunstancias de la pastoral actual (disminución del número de sacerdotes, aumento de la labor pastoral, secularización social…) viviendo “con olor a oveja” como tantas veces nos recuerda el Papa. 

Ideal para aquellos que, habiendo sido llamados al ministerio, quieran reflexionar sobre su vocación sacerdotal o para los creyentes curiosos que se quieren asomar al sentir de un cura.

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