miércoles, 4 de marzo de 2020

Hubert Haddad: Palestina. Por Óscar Ávila Pardo

Haddad, Hubert: Palestina. Demipage, Madrid, 2010. 192 páginas. Traducción de Purificación Meseguer. Comentario realizado por Óscar Ávila Pardo.

Vendrá un día de paz

La novela que presentamos está situada en la actualidad, aunque pudiera considerarse como una novela histórica dado el contexto en el que se desarrolla: el inacabable conflicto judío-palestino. La acción nos traslada a Cisjordania, en los territorios ocupados de Palestina, y Palestina, que es también el título de la novela, recoge una de las muchas historias de amor que en medio del dolor se dan a diario entre los habitantes de los territorios ocupados.

Se trata de la historia de Cham, soldado israelí, que precisamente en el día en que había conseguido unos días de descanso para ir con su familia a Jerusalén, mientras acompaña a uno de sus compañeros a hacer la ronda de vigilancia por los muros que separan el lugar donde viven los palestinos de los judíos, en un segundo de descuido es atacado por una brigada palestina. Como resultado de la escaramuza, su compañero muere y él es herido de gravedad y secuestrado como rehén. Al complicarse su situación, el comando palestino lo abandona en un cementerio cercano, dándole por muerto.

Pero la suerte está de parte de Cham y, en vez de morir, cae en manos de dos mujeres palestinas convencidamente pacifistas, la joven Falastin y su madre Asmahane, ciega, que, compadecidas por la situación del joven, lo llevan a su casa y lo cuidan salvándole de una muerte cierta. Durante la larga convalecencia, Asmahane la madre ciega, comienza a confundir a Cham con su hijo Nessim que se encuentra desaparecido y que tiene la misma edad que el enfermo. Gracias a los cuidados de estas dos mujeres y a su juventud, Cham logra recuperarse pronto, pero al volver en sí, no recuerda nada de su historia, no sabe quién es, y, además, está indocumentado –extravió sus papeles días antes del incidente–.

La transformación del antiguo soldado israelí hasta ahora imbuido de una forma de entender el conflicto es total. Junto con Falastin y Asmahane comienza una nueva vida como palestino, comienza a sufrir lo que sufre el pueblo sencillo, siempre lejano de los centros de poder en los que se toman las decisiones políticas y militares de la zona. Y en esa transformación lentamente comienza a asumir el rol de hijo de quien le trata como madre, hermano de quien le trata como hermana, y amigo de los amigos de su hermana. En ese vivir los avatares de un pueblo adoptado, su nueva madre y su nueva hermana caen en la cuenta de lo peligroso que es mantenerlo en su casa, acosada de forma permanente por soldados y colonos israelíes que pretenden echarles de allí.

Pero el pueblo palestino es solidario en su desgracia y Falestin conoce a gente que les puede ayudar: con uno de sus contactos logra organizar una expedición para llevar al soldado a un lugar más seguro para él y para ellas, de este modo Cham abandona la casa de su nueva familia y se despide para siempre de su madre adoptada Asmahane. En su peregrinar, el camino que comienzan estos jóvenes está lleno de situaciones de riesgos y humillaciones, cada una de estas situaciones es una lección que Cham va aprendiendo y asumiendo como propia. Pero a la vez, en la medida que se va estrechando la relación entre Cham y Falestin, va surgiendo una nueva forma de amor entre ambos… situación que, si en el comienzo es muy complicada por las circunstancias que están viviendo, a medida que pasa el tiempo comienza a resultar cada vez más natural… Falestin es consciente de que el amor fraterno que sentía por Cham se va convirtiendo en otro tipo de amor, se está enamorando de un judío y por ello de un «enemigo»; por su parte Cham, que va recordando lentamente cosas de su historia, comienza a ver que sería muy complejo el mantener una relación amorosa con Falestin. Uno y otro sueñan con la posibilidad de vivir en un mundo en donde lo que prime sea el amor entre un hombre y una mujer, más allá de las ideologías políticas y religiosas.

En un escenario como éste, el tiempo corre a gran velocidad y las dificultades surgen por todos los lados… Cham, con el paso del tiempo, comienza a recordar su ascendencia israelí a la vez que en las circunstancias que vive no puede menos de comprometerse con la causa palestina… Su mitad israelí recuerda con cariño a su depresivo hermano Michael, que se sirve del arte para sacar fuera lo que vive en su interior; su mitad palestina le lleva a confirmar que no por el hecho de ser parte de este pueblo ha de ser considerado como un terrorista. Además, su mitad palestina se ha puesto en contacto con algunos comandos palestinos que quieren perpetrar un atentado. Así, el conflicto que sufre en su interior se agudiza cada día más.

Al igual que su personaje, su autor Hubert Abraham Haddad, pretende con su novela abrir los ojos del lector al conflicto interior que viven miles de Cisjordanos todos los días, más allá de las determinaciones e interpretaciones de los políticos y militares que han hecho de la guerra una profesión y una forma de vida... Haddad, con raíces personales en ambas culturas, quiere llamar la atención de la vida de los que no siendo políticos ni militares tienen que lidiar todos los días con este conflicto heredado que lleva marcando varias generaciones… Y lo consigue en una novela llena de humanidad, en donde las situaciones extremas de dolor solo son superadas por las que muestran el cariño desinteresado que alguien es capaz de expresar hacia una persona que se encuentra herida y abandonada a su suerte. Haddad nos muestra lo mejor de la humanidad reflejado en el sentir de dos mujeres que, a pesar de estar golpeadas por el dolor de la muerte y la desaparición, aún no han perdido su humanidad y son capaces de sacar en medio de la desolación los más profundos sentimientos de humanidad.

Hubert Abraham Haddad, escritor tunecino nacido en 1947, afincado en París desde los cinco años, en sus escritos manifiesta siempre sus raíces judías y bereberes que le llevan a ocupar un puesto singular en la interpretación de conflictos interétnicos. De su larga lista de obras publicadas destacan: Un sueño de hielo (1974), primera obra con la que se dio a conocer; El terror (1983); Perdido en un sueño profundo (1986); Armelle o el eterno retorno (1989 escrita en 1967); El Universo, una novela de diccionario (1999); El amor ventrílocuo (2002), y La doble conversión de Al-Mustansir, la historia a través del mito y la leyenda (2003). Ninguna de ellas traducidas al castellano.

Su novela Palestina fue publicada en 2007 y, desde el principio aplaudida por el público y la crítica, recibió, entre otros, los premios Cinco Continentes de la Francofonía en 2008 y el Renaudot 2009. Es la primera de sus obras traducida al castellano en 2010. A raíz de la publicación castellana de esta obra se ha hecho famoso por las diversas entrevistas que le han realizado, en las que destaca cierto carácter autobiográfico y el paso de la realidad a la ficción.

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