miércoles, 22 de febrero de 2023

Hugo Rahner: Ignacio de Loyola: el hombre y el teólogo. Por Cristian Peralta

Rahner, Hugo: Ignacio de Loyola: el hombre y el teólogo. (García de Castro SJ, J., ed.),  Mensajero – Sal Terrae – UPCo, Bilbao-Santander-Madrid 2019, 414 páginas. Colección «Manresa» nº 72, Traducción de Melecio Agúndez y Antonio Vargas-Machuca. Comentario realizado por Cristian Peralta.

Hugo Rahner, SJ (1900-1968), hermano mayor del teólogo Karl Rahner (1904- 1984), dedicó gran parte de su vida a la docencia e investigación de la historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de la Universidad de Innsbruck. Académico con marcado acento científico, hurgaba en los orígenes de la Iglesia en busca de las claves para comprender el presente eclesial que le tocó vivir y, desde ahí, abrirse al futuro. Todo esto en diálogo, abierto y fecundo, con representantes de otros saberes desde donde profundizó en áreas como el humanismo de occidente y su influjo en el cristianismo. De aquí que, en términos eclesiales, fue un adelantado a su época, contribuyendo de forma constante, plural y discreta a fraguar el ambiente que desembocó en el Concilio Vaticano II. 

Su interés por el humanismo occidental le llevó a preguntarse por su influencia en Ignacio de Loyola y en los orígenes de la Compañía de Jesús. Pero no será hasta el año 1964, en medio de un progresivo párkinson, cuando publicó la obra Ignatius von Loyola als Mensch und Theologe [Ignacio de Loyola: el hombre y el teólogo]. En esa publicación compilaba una veintena de artículos sobre diversos temas históricos, teológicos y espirituales del mundo ignaciano y jesuítico. Dada la calidad y erudición de los trabajos de este autor y su influencia en tantos otros investigadores de renombre en la espiritualidad ignaciana, resultaba ciertamente llamativo que no disfrutáramos de una traducción de su obra en lengua castellana. 

Gracias al enorme esfuerzo editorial que supone la Colección «Manresa», en su deseo de dar acceso a las fuentes y a las investigaciones actuales de la espiritualidad ignaciana, de la mano, como editor, de José García de Castro, SJ, y con la asistencia en la traducción de Melecio Agúndez, S.J. y Antonio Vargas-Machuca, SJ (†), hoy podemos disfrutar, en el mundo hispanohablante, de nueve de los veinte artículos de la obra original de Hugo Rahner. La selección ha tenido como criterio aquellos artículos «preferentemente» teológicos referidos a la persona de Ignacio de Loyola y a su espiritualidad. Más concretamente, la selección realizada podría dividirse en dos partes, la primera, que contiene cinco artículos, se centra en la persona del de Loyola; la segunda, con cuatro artículos, más enfocada en la espiritualidad ignaciana, de modo particular en los Ejercicios Espirituales

Lo primero que se ha de recomendar es la lectura de la semblanza del autor realizada por el jesuita Karl H. Neufeld, SJ, con la que se abre el volumen. Ella nos permitirá conocer de forma breve y profunda la vida de este sacerdote, historiador y teólogo. Su lectura proporcionará algunas claves para la comprensión de los acentos de su obra en general. Lo segundo, antes de embarcarse en la lectura de los artículos, es el prólogo del propio Hugo Rahner a su obra. En él expresa claramente la intencionalidad de la misma: mostrar el cristocentrismo de Ignacio y de su espiritualidad, que conduce a una teología vivida, enmarcada en la tensión fecunda que existe entre la Encarnación y la Cruz. En esta perspectiva lee la historia y la obra del santo de Loyola. 

Quizás algunos puntos de referencia sobre los artículos pueden despertar el interés del lector. El artículo sobre «la visión de san Ignacio en la capilla de La Storta» tiene aires de definitivo y se aproxima a san Ignacio como místico, es decir, como persona cuya identidad se descubre en su familiaridad con Dios, de donde se comprende su sacerdocio y el de los de la Compañía. De ahí, el autor busca sacar a la luz «la imagen caracteriológica de Ignacio» que se puede intuir en las Constituciones. Es desde el Espíritu, afirma, que habitaba en el santo y que queda plasmado en las Constituciones, como es posible acoger las normas de la Compañía como camino de servicio al modo de Cristo puesto en cruz. Los dos acentos que coloca en los artículos siguientes tienen que ver con una fe y una teología que se hace vida y que se retroalimenta de esa misma experiencia vital. De otra forma, una fe y una teología orada y vivida, de donde surgen un «Ignacio confesor» y un «Ignacio teólogo», que marcan un estilo de misión y de pastoral propio de aquel que ha tenido una experiencia profunda de encuentro con Jesucristo y su Iglesia. El último artículo de esta sección, «Ignacio de Loyola y la tradición ascética de los Padres de la Iglesia», coloca la mística de Ignacio en relación a la tradición y al marco jurídico eclesial. Dado que el autor es un experto en Patrística, el artículo resulta de gran ayuda para reconocer los elementos tradicionales desde donde el santo sostiene sus escritos. 

En lo que hemos identificado como segunda sección, se parte desde un artículo extenso y detallado, que podríamos denominar pionero, titulado «la cristología de los Ejercicios de san Ignacio». El enfoque está puesto en la configuración con Cristo, cuya señal es la elección que transforma la vida en una que transparente el modo de ser de Cristo. Desde este trasfondo se pueden leer los otros tres artículos: «La doctrina de san Ignacio sobre el discernimiento de espíritus»; «La “aplicación de sentidos” en el método contemplativo ignaciano» y, por último, «Espíritu e Iglesia». Estos están cargados de una lectura honda y erudita que intenta contemplar el método espiritual ignaciano dentro del amplio marco de la tradición eclesial. 

En definitiva, quien desee conocer a fondo la vida de san Ignacio de Loyola y su obra espiritual deberá consultar este texto al que ahora tenemos acceso en español y así, de paso, ponerse en contacto con un teólogo, historiador y jesuita de gran altura como lo fue Hugo Rahner. 


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