Olabe Egaña, Antxon: Crisis climática-ambiental. La hora de la responsabilidad. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2016. 300 páginas. Comentario realizado por Jaime Tatay.
El economista Antxon Olabe (San Sebastián, 1955) realiza un documentado recorrido por las múltiples causas que han conducido al umbral de la crisis global de la sostenibilidad, tal y como se expresa en una de sus dimensiones más complejas: la climática. El ensayo, de carácter divulgativo pero fundamentado en una selecta bibliografía, se estructura siguiendo una división clásica en tres partes: descriptiva, valorativa y propositiva.
La primera, de carácter histórico, abarca desde el largo proceso de hominización hasta la economía globalizada contemporánea, pasando por las grandes revoluciones agrícolas, urbanas, industriales y coloniales que han acelerado el proceso de degradación de los sistemas de soporte de la biosfera.
La segunda parte, de carácter científico y técnico, sigue el modelo de los límites planetarios para describir temáticamente los elementos que conforman la crisis climática y ambiental de carácter sistémico (pérdida de hábitats, erosión del suelo, escasez de agua, acidificación de océanos, alteración del ciclo del nitrógeno, contaminación química, reducción de la biodiversidad, cambio climático). Asimismo, el autor analiza las dinámicas culturales, económicas y demográficas que subyacen a estos complejos procesos globales.
En la tercera y última parte, la más propositiva y original de todas, Olabe repasa las palancas económicas y culturales que harían posible la transición a una civilización planetaria sostenible. Conduciendo el debate a la esfera política —intención última de su ensayo—, propone tres tareas de gran calado que funcionarían como un “nuevo contrato social global” por la sostenibilidad en el siglo XXI:
1. Orientar el sistema económico siguiendo las directrices de la economía ambiental y la economía ecológicas;
2. Promover una alianza social en aras de la sostenibilidad entre la comunidad científica, el movimiento medioambiental, las tradiciones religiosas, el movimiento obrero y los medios de comunicación;
3. Superar el modelo del estado-nación otorgando un mayor protagonismo a nuevos organismos internacionales, como una Organización Mundial del Medio Ambiente en el marco jurídico de una Carta de Custodia de la Biosfera de las Naciones Unidas.
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