Nault, François: El Evangelio de la pereza. PPC, Madrid, 2018. 160 páginas. Traducción de Diego Tolsada Peris. Comentario realizado por Marta Medina Balguerías.
Como el propio autor indica, “este pequeño libro no está consagrado a la demostración de una tesis” (p. 8). Y es que, más que proporcionar una argumentación estructurada en defensa de la pereza, François Nault traza pinceladas de diversa longitud y color que, al final de la lectura, se revelan como una imagen unitaria. El objetivo: provocar al lector, hacer que se plantee la pereza desde una aproximación poco corriente en el pensamiento cristiano.
En una sociedad de la eficiencia y el estrés, el autor invita a aprender de la pereza divina; a saber parar, degustar la vida y reconocer que lo más valioso lo obtenemos sin esfuerzo por nuestra parte. Para ello rastrea actitudes de personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, entre los que incluye al Dios creador y a Jesucristo. Todos los capítulos son introducidos con una cita sugerente de algún pensador y la mayoría de ellos abordan uno o varios textos bíblicos.
Nault propone interpretaciones que escapan a los clichés y que traslucen tanto un fundado conocimiento de la Escritura como la libertad necesaria para acercarse a ella de una manera nueva. También ofrece alguna reflexión sobre textos que aparentemente contradicen su tesis para mostrar que, en realidad, no se separan tanto como pareciera del “Evangelio de la pereza”.
Se trata de un libro ameno y de fácil lectura en el que, además, el autor interpela al lector constantemente, lanzándole preguntas o comentarios irónicos. Este carácter desenfadado, junto con la ausencia de citas al pie de página, favorece el acceso a las diversas reflexiones que presenta y el diálogo interior con sus propuestas. Puede objetársele a Nault que su presentación positiva de la pereza es extrema y no intenta un equilibrio con otras actitudes cristianas, como el trabajo y el esfuerzo. La impresión que produce su escrito es que no le importa; su objetivo no es hacer una integración, sino subrayar un aspecto. En todo caso, es un libro que no deja indiferente, por lo que, en mi opinión, consigue su objetivo.
He comenzado ha leerlo hace unos días, por lo que no tengo aún una opinión formada sobe su contenido.
ResponderEliminarAlgunas de las cosas que he ido viendo hasta ahora me resultan chocantes e incluso contradictorias respecto a lo que nos han enseñado siempre pero desde el momento en que vi su título en la librería me atrajo porque no está exento de lógica en sus planteamientos. Por eso recomiendo su lectura y me la recomiendo para sacar conclusiones y llegar a planteamientos de vida que me hagan crecer espiritualmente como persona y alejarme de un mundo obsesionado por la prisa y los resultados (aunque éstos sean malos),
Bueno, de hecho el autor parece que se plantea la provocación en todo momento. Él quiere recalcar un aspecto, y provocar una reflexión por parte del lector. En tu caso, parece que ha conseguido su objetivo.
EliminarUn saludo.