Andrés Suárez, Elena: Ser. San Pablo, Madrid, 2019. 151 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Acabo de terminarlo. Me quedo sin palabras. ¿Cómo es posible decir tantas cosas en tan pocas páginas con tanta hondura y profundidad? ¿Cómo comunicar que todos estamos llamados a ser lo que somos? ¿Cómo poder expresar sin más la relación que hay entre el ser existencial y el ser esencial? ¿Cómo decir que la felicidad es real y que emerge en el acto de ser? ¿Cómo...?
Es verdad que yo no soy imparcial a la hora de leer este libro. Por varios motivos. En primer lugar, porque hace pocos años hice un máster de Educación de la Interioridad dirigido y coordinado por Elena Andrés. Desde ese momento, me siento muy cercano a Elena, tanto en el contenido como en la forma de lo que comunica. Lenguaje claro, transparente, que surge de una experiencia vivida, compartida... No hay una sola palabra en su libro que no haya sido meditada, experimentada y vivida junto a otros. En segundo lugar, porque me ha hecho descubrir nuevos horizontes existenciales, que se han visto confirmados a partir de dos experiencias fundantes que he tenido este verano: por una parte, la gracia de haber hecho los Ejercicios Espirituales de mes de San Ignacio en Loyola y, por otra, haber tenido un accidente de moto en el que casi me mato (he tenido que pasar por tres operaciones y todavía hoy sigo de baja en rehabilitación). Cada palabra, línea o párrafo que ha escrito Elena en su libro no es más que un reflejo de una realidad que nos rodea, nos embarga, y nos invita a ser. Yo he sido testigo privilegiado de ello.
Voy a poner algunos ejemplos.
No somos seres humanos que viven una experiencia espiritual, sino seres espirituales que viven una experiencia humana. (Teilhard de Chardin).
La dimensión interior es la que nos capacita para pasar de estar sujetos a ser sujetos (pág. 44).
Y es quizá, en este punto, donde la persona puede descubrir asombrada y perpleja el hecho de que la tan ansiada felicidad brota en el acto de escoger y asumir la vida con lucidez y agradecimiento en todas sus facetas (pág. 45).
La felicidad es real no porque esté por ahí flotando o esperándome en el escaparate de un comercio, sino porque está inserta en el núcleo de mi vida. La felicidad emerge precisamente en el acto de ser (pág. 57).
¿Cómo ganar distancia para verme, para percibirme en mis auténticas dimensiones? Mi experiencia personal me ha mostrado dos caminos: el primero es el camino de la mirada del otro, del igual, y el segundo camino es la mirada de Dios (pág. 70).
Algo me dice sin palabras, pero con gran certeza que mi patria, mi hogar, mi esencia es desde siempre y para siempre, que siempre he sido en todo lo que es y que seguiré siendo (pág. 98).
La fe no es creer en lo que no se ve, sino ver lo que se ve, con otros ojos, con una mirada nueva (pág. 107).
Como podéis comprobar, y eso que sólo he puesto algunos pocos ejemplos, todo el libro rezuma vida, rezuma ser. De hecho, Elena Andrés divide su obra en tres partes justamente desde ahí:
1.- Ser yo. Ser es crecer eligiendo hasta convertir lo que se ha nacido en lo que se es.
2.- Ser no-yo. Estar libre de ese ser que creía tener.
3.- Ser nosotros. La única forma de configurar el ser que soy es en el sagrado espacio de la relación con mis semejantes.
Todas estas partes tienen su contrapunto en las llamadas propuestas de trabajo. Elena no puede renunciar a su ser docente y práctico. Por ello, elabora unas pequeñas actividades al hilo de lo que va tratando en cada momento. Son actividades sencillas, que cualquiera puede hacer, y que ayudan a profundizar en los contenidos. No debemos olvidar que, aunque pueda parecer teórico, de nada sirve hablar de la interioridad y del camino hacia el ser esencial de cada uno, si no se explicitan dichos caminos para acceder a ellos. Elena, que es una maestra en esto, lo consigue. Y no es nada fácil hacerlo.
En fin, nos encontramos ante un libro fundante de lo que es la interioridad. Se han escrito muchos sobre la educación de la interioridad, sobre métodos de trabajo en el aula desde Infantil a Bachillerato. Pero hacía falta una base. Yo creo que el libro de Elena Andrés, Ser, tiene vocación de servir de base y fundamento para todo lo que ya se ha escrito sobre el tema, y para todo lo que todavía está por llegar. Por todo ello, gracias Elena. Hasta la próxima.
Mi querido Javier.
ResponderEliminarSiempre leo tus reseñas. No siempre dejo un comentario (perdón). Pero hoy... Debo dejar constancia de mi profundo agradecimiento por haber leído mi librito y por dedicarle este delicado y Bello comentario que, no lo dudes, me gratifica y me emociona muchísimo.
Por cierto... Tremendo tu susto con la moto, querido... Feliz de que estés recuperado.
Mil gracias, compañero de camino educativo. Te recuerdo más de lo que parece.
Inmenso abrazo en ese SER que nos sustenta y une.
Gracias a ti, Elena, por el regalazo que nos has dado con tu libro. Gracias porque es una invitación a ser con los demás y con el Ser. Solo así llegaremos a la plenitud. Un abrazo muy fuerte para ti y otro para Emilio.
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