viernes, 4 de diciembre de 2020

Maria Clara Bingemer: Simone Weil. Por Emilia Bea

Bingemer, Maria Clara: Simone Weil. Una mística en los límites. Ciudad Nueva, Buenos Aires, (Argentina), 2011. 190 páginas. Comentario realizado por Emilia Bea.

La teóloga brasileña Maria Clara Lucchetti Bingemer nos ofrece, a través de este libro, una visión renovada de una mujer excepcional y desconcertante: la filósofa y mística judeo-francesa Simone Weil. La autora ya había reflexionado sobre la figura y el pensamiento de Weil en obras anteriores, entre las que destacamos las tituladas Simone Weil. La debolezza dell’amore nell’impero della forza (Zona, Arezzo, 2007), Simone Weil: action et contemplation (L’Harmattan, Paris, 2009), Simone Weil: la fuerza y la debilidad del amor (Verbo Divino, Madrid, 2009) o su contribución al libro colectivo (Emilia Bea, ed.): Simone Weil. La conciencia del dolor y de la belleza (Trotta, Madrid, 2011).

La novedad del presente libro viene marcada por las coordenadas de la colección en que se edita, y que inaugura, «Testigos y maestros», que, como señala José María Poirier en la Introducción, parte de una sugerente afirmación de Pablo VI: «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros, lo hace porque son testigos» (Evangelii Nuntiandi). Se trata, pues, de rescatar del olvido o profundizar en el conocimiento de hombres y mujeres del siglo XX que «fueron verdaderos testigos de coherencia y santidad, capaces de proponer pensamientos e ideales admirables. En ellos hay profundas señales de esperanza para el futuro». Entre estos testigos del llamado «siglo sin Dios» se encuentra Simone Weil, ya que, en palabras de Bingemer: «Toda su vida fue un intento doloroso y, al mismo tiempo, subversivo, por salvar la dialéctica entre cultura y santidad, encaminándola hacia una dialógica y encontrando en la santa locura un camino de pulsión de vida para el mundo». Como se indica en la contracubierta del libro: «Curiosa e insaciable, quiere probar en carne propia el sufrimiento de los últimos y las verdades de otras religiones. Implacable con su propia tradición judía, vive enamorada de Jesucristo y, sin embargo, lejos de la vida sacramental que añora».

Con las palabras citadas podemos intuir el tono del libro y las cuestiones que inquietan a su autora desde la perspectiva de una teología atenta al Evangelio de la justicia y de la liberación. Cuestiones que pivotan alrededor de un núcleo central: la búsqueda del «punto de intersección entre el compromiso político y la experiencia mística», que Simone Weil simboliza de forma muy original a través de su obra y de su vida y que será su principal legado a la posteridad. Maria Clara Bingemer recorre los diferentes momentos de este pensamiento e itinerario personal que caracteriza como «un testimonio paradójico», ya que no casa con ningún modelo habitual y se coloca en la frontera de los sistemas y a la vanguardia de las inquietudes de nuestro tiempo. Paradojas del testimonio de una judía auto-exiliada, una intelectual herida por la praxis, una mística sin institución y una pionera del diálogo interreligioso.

Tras profundizar en estos aspectos de manera libre aunque muy documentada, la autora se pregunta: «¿En qué medida, además de activista política, brillante intelectual, filósofa, pensadora y mística ardiente, es también y no en menor grado una testigo?». La búsqueda de respuesta a este interrogante nos invita a leer esta obra con apertura de miras, abandonando todo prejuicio y tratando de entrar en el peculiar mundo de una mujer, frágil físicamente pero de un pensamiento extraordinariamente sólido y potente, que nos proporciona una pista de lectura al dirigirse a sí misma con esta afirmación: «No podrías haber nacido en una época mejor, cuando todo está perdido».

El interés de este libro, al que sólo se puede objetar la ausencia de una bibliografía de Simone Weil en castellano, se completa con cuatro anexos en los que se proporciona al lector tres de sus textos más emblemáticos y una bella traducción del poema Love de George Herbert (1593-1633), que resultó crucial en lo que Maria Clara Bingemer concibe como su «encuentro profundo y definitivo con Cristo», que se le reveló con su rostro crucificado, y en una vivencia mística que «puede resultar extremadamente iluminadora para los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, así como para la reflexión teológica en el ámbito académico».

Un ámbito que conoce muy bien la autora del presente libro, ya que fue la fundadora del Centro Loyola «Fe y cultura», Decana del Centro de Teología y Ciencias Humanas y profesora de la Universidad Católica de Río de Janeiro, además de coordinadora latinoamericana de la Ecumenical Association of Third World Theologians y miembro del comité editorial de varias revistas de teología. 


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