Grün, Anselm: La oración de cada día. Orar por la mañana y por la noche los siete días de la semana. Sal Terrae, Santander, 2005. 128 páginas. Comentario realizado por Mª Ángeles Gómez-Limón.
El autor no necesita presentación, pues es muy conocido por sus numerosas publicaciones sobre diversos temas de espiritualidad. Benedictino nacido en 1945 en Alemania, ha llegado a ser uno de los autores cristianos más leídos en la actualidad por gente de muy diversa procedencia.
Grün nos presenta en estas páginas una obra que casi nos sorprende. No es ningún tratado sobre oración ni sobre los temas que suele frecuentar. Más bien nos ofrece una sencilla guía para la oración diaria en dos momentos: mañana y noche. Él mismo dice: «ofrezco en este libro una serie de oraciones de la mañana y de la noche para cada día de la semana». La finalidad es clara: «desearía ayudarte a expresar los pensamientos que tú tienes y para los que muchas veces no encuentras palabras. Mis plegarias pretenden sostener tu oración (...) En estas oraciones he querido ofrecerte palabras con las que puedas decir a Dios lo que sientes».
El autor estructura esta sencilla guía práctica de oración según los días de la semana. Cada momento (mañana o tarde) de cada uno de los días está contemplado desde una determinada perspectiva que se convierte, podríamos decir, en el leit motiv de la misma (Participo del descanso de Dios; Me dejo caer en tus brazos amorosos; etc.). De hecho, viene a ser una versión original y sugerente de la oración de Laudes y Vísperas-Completas.
Cada propuesta oracional sigue, en gran medida, una misma estructura. Se inicia señalando el tema de la oración; a continuación, el tema se ilumina con dos breves –poco más de una frase– lecturas bíblicas, una del Antiguo Testamento y otra del Nuevo, preferentemente del Evangelio. Sigue una oración a propósito del tema o sentimiento básico que se busca expresar en la oración, y se concluye bien con una nueva frase bíblica, preferentemente de los salmos, o con alguna sentencia de un autor espiritual conocido (Francisco de Asís, Thomas Merton, etc.). En algunas ocasiones sugiere posturas corporales que ayuden a expresar mejor la oración. Tras ofrecer las propuestas diarias, añade dos apartados más. El primero de ellos lo titula Para todos los días, y en él presenta un conjunto de oraciones complementarias para ayudar a vivir el sentido de comenzar o concluir el día en la presencia del Señor. El segundo es un comentario a cada una de las peticiones del Padre Nuestro, que se intenta se convierta en una oración verdaderamente personal.
Dirigido a un público muy amplio, el estilo de las oraciones y los elementos de que se sirve son, simultáneamente, de gran sencillez y hondura, poniendo palabras aparentemente simples para expresar las experiencias básicas a partir de las cuales toda persona descubre la presencia de Dios en todo y a través de todo. No podemos por menos que hacer un comentario acerca de algunos de los aspectos formales de la obra. La presentación que hace la editorial es verdaderamente exquisita para que pueda ser auténticamente libro oracional: tamaño de letra suficientemente grande, alternancia en el uso de las fuentes, equilibrada disposición de espacios en blanco y texto, ilustraciones sugerentes, etc.
En definitiva, nos encontramos ante un librito que puede ser verdaderamente útil para iniciarse en la oración, para acompañarla en momentos de dificultad, para dar forma –algo tan importante– a momentos clave del día que sirven de auténticos focos desde los que iluminar la vida entera, en sus noches y en sus días.
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