lunes, 3 de noviembre de 2025

Thomas Merton: Tiempos de celebración. Por Carlos Carvalho

Merton, Thomas: Tiempos de celebración. Sal Terrae, Santander, 2013. 238 páginas. Comentario realizado por Carlos Carvalho.

Ciertamente, el nombre de Thomas Merton ya resuena como algo bueno y profundo. Este monje trapense, que murió en 1968, apenas tres años después de la clausura del Concilio Vaticano II, además de poeta fue un gran defensor de la paz y de los derechos civiles y, sobre todo, es todavía un gran maestro espiritual. Entre sus obras destacan La montaña de los siete círculos y Nuevas semillas de contemplación.

El libro que ahora presentamos, Tiempos de celebración, publicado recientemente por la editorial Sal Terrae, es la traducción española del original Seasons of Celebration, publicado en 1965, y reúne textos del autor sobre la liturgia y la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.

Aunque los textos aquí reunidos sean de contextos distintos, el autor les ha dado un orden próximo al del año litúrgico, pudiendo encontrar el lector al inicio una puerta de entrada, y al final una ventana abierta. En la puerta de entrada encontramos ese deseo de volver a las fuentes del sentido de celebrar, evitando ser esclavo o mero espectador, figuras inertes y pasivas, y buscando estar en la línea de un personalismo cristiano que busca la identificación con Cristo. Y al final del libro se abre la ventana de la siempre necesaria renovación creativa y fiel al Espíritu del modo de celebrar, evitando la momificación de la liturgia en reglas rígidas y cerradas. De este modo, no se trata de un comentario a los tiempos litúrgicos, sino de una presentación espiritual y profunda de algunos temas que pueden servir de ayuda para profundizar en el espíritu de la liturgia.

A lo largo del libro, el autor invita a rezar lo que celebramos, reflexionando sobre temas centrales, como son el tiempo, el espacio, el silencio, la comunidad, la espiritualidad de la liturgia, etc. En el fondo, «los temas que Merton va exponiendo se refieren a distintos aspectos de la personalidad del cristiano, de lo que representan las celebraciones litúrgicas, del modo en que debe asimilarse lo que se celebra y de cómo la liturgia debe ir unida a un trabajo ascético de conversión y maduración» (Prólogo, p. 8).

Pero ¿qué entiende Merton por «renovación»? En el último capítulo advierte: «Lo que se requiere, ante todo, es un nuevo espíritu de apertura, en el que el sacerdote esté abierto a su pueblo, y todos estén abiertos unos a otros» (p. 227). Para el autor, la renovación no es un cambio exterior de la forma de celebrar, manteniendo un espíritu viejo, sino una apertura arraigada en la tradición. La renovación pasa por recuperar el sentido profundo y mistagógico del tiempo y el espacio sagrados, evitando dos extremos: el vacío del tradicionalismo y la falsa creatividad del improvisador. Recuperar el sentido orante del silencio–«en el hondo silencio empieza la sabiduría a entonar su cántico interminable, iluminado, inexpresable» (p. 208)–. Recordar que somos «una comunidad de perdón, no una comunidad de juicio» (p. 220). Desear la verdadera muerte a uno mismo –«la verdadera negación de sí mismo del cristiano no es una conquista de sí mismo por sí mismo, sino una muerte a sí mismo para vivir para Dios en Cristo» (p. 142).

En pleno año de la fe, donde nos hemos propuesto volver los ojos y el corazón al Concilio Vaticano II, actualizando su memoria viva entre nosotros, este libro es una invitación a profundizar en el sentido de lo que celebramos diariamente en la liturgia. Algunos dicen que la reforma litúrgica no aconteció; otros la acusan de superficial; y otros sostienen que se quedó corta. Este libro puede ser una ayuda para pensar la liturgia y será, sin duda, una ayuda espiritual para profundizar en el sentido interior de los tiempos que la liturgia nos regala: contemplando esos iconos que el año litúrgico nos presenta, recuperando el sentido místico y ascético de la comunidad en el amor, animándonos a la siempre necesaria conversión personal. Una verdadera ayuda para rezar todos los días con la liturgia.



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