viernes, 31 de octubre de 2025

Pedro Alarcón Gómez: Pedagogía para andar por casa. Por Rosario Paniagua Fernández

Alarcón Gómez, Pedro: Pedagogía para andar por casa. Estrategias educativas para padres y profesores. San Pablo, Madrid, 2012. 162 páginas. Comentario realizado por Rosario Paniagua Fernández.

«Me he dado cuenta de que no queréis imponerme el camino, sino enseñarme a caminar»
(Del autor).

En la antigüedad, los progenitores educaban directamente a sus hijos como continuadores del oficio y de la labor familiar. Los hijos no solo recibían los conocimientos propios del trabajo paterno y/o materno (la casa, el campo, el taller, el comercio), sino también los modos de conducta, de respeto, de buenos modales. Todo ello se aprendía por observación e imitación. 

En la época moderna, debido a la diversificación de los campos del saber, los padres han confiado la educación y la instrucción a maestros, educadores, catequistas, entrenadores. Muchas personas intervienen en la educación, y a ello hay que sumar la notable influencia de los medios de comunicación y las redes sociales. El papel de los padres como primeros pedagogos ha quedado en segundo plano. Por eso el autor reivindica y da orientaciones para ese cometido insustituible de los progenitores, haciendo una llamada para que recuperen ese protagonismo natural. 

A lo largo de los capítulos, el autor ofrece una visión positiva y estimulante que, sin pretender dar un recetario, sí intenta ser un faro para los padres y madres en la hermosa y ardua tarea de acompañar a sus hijos en la vida, en la educación. A través de estas páginas se propone a los padres y profesores líneas de actuación que pueden resultar orientativas: nunca recetas, porque no las hay, pero sí rutas válidas para educar en el amor y en los valores que son de siempre y para siempre. Lo propone como una guía a la que deberán recurrir los implicados poniendo en marcha las indicaciones recogidas, siempre con la adaptación a cada circunstancia y con las singularidades de educadores y educandos. 

El autor, Pedro Alarcón Gómez, es licenciado en Pedagogía y docente en un colegio de Toledo. Recibió el primer premio de materiales curriculares de Castilla la Mancha, en el ámbito del desarrollo de actitudes asociadas a los valores, por la elaboración del «Proyecto Vida». Ha impartido numerosos cursos sobre educación. Es catequista y profesor y, según manifiesta, le resulta apasionante aprender de los discípulos. 

Se plantea el autor la pertinencia de un libro dirigido a padres y profesores, por varias razones: 
1. Porque es necesario hablar el mismo idioma, conocer las mismas estrategias y «caminar juntos» en casa y en el colegio.
2. Para mantener la misma línea educativa en los dos ámbitos de referencia de los niños y jóvenes, esto resulta imprescindible.
3. Trabajar con objetivos comunes, aunar esfuerzos y optimizar resultados. 

En estas propuestas está la clave de una publicación que trata de señalar el mejor itinerario educativo, en el que los actores converjan en la tarea que tienen por delante. Al escribirlo ha huido de tecnicismos, «para que todos entiendan». El autor se propone ser «un amigo cercano» que oriente a los padres en la educación, ya que los hijos no vienen con un manual de instrucciones para ponerlo en práctica a la hora de educarlos. 

El orden de los capítulos a lo largo de las 161 páginas es el siguiente: Unas palabras de bienvenida. De la motivación, autoconcepto y autoestima. De la confianza, constancia y voluntad. De las emociones. De la autoridad y el respeto. De las normas y los hábitos. Del lenguaje y la comunicación. Apreciaciones para el día a día. De hijos a padres. Para ir terminando. Desde mi corazón.

Todos ellos están ordenados de manera similar: exposición de los principales conceptos, aspecto práctico para aplicar, finalizando con lo que el autor denomina ideas destacadas. Por la estructura de los mismos vemos el enfoque práctico que le ha querido dar, y será sin duda un buen material para padres, educadores y monitores de grupos. Ese es el objetivo que queda claramente señalado por el autor a lo largo de toda la obra. 

Estos capítulos mencionados se insertan entre el primero, que el autor titula Unas palabras de bienvenida, y el último, denominado Para ir terminando... En el primero se dirige a padres, hijos, profesores y alumnos con el deseo de que todos enseñen y todos aprendan, ya que la educación es dinámica, y se da en ella el intercambio de roles a lo largo del proceso. En el último capítulo hace abundantes reflexiones sobre lo que es educación y la importancia de conocer buenas estrategias, saber combinarlas, aprender de la experiencia, confiar en las posibilidades del educando, mantener la ilusión, amar, continuar y volver a empezar. 

Por todo lo expuesto, confiamos en que el trabajo de Alarcón sea un buen instrumento al servicio de profesores y padres, como es su intención, teniendo muy en cuenta que en la puesta en práctica tendrá que estar presente la creatividad y la originalidad derivadas del hecho de que cada educador y cada educando son únicos. Pero el disponer de una buena batería de materiales educativos favorecerá, sin duda, una de las más hermosas tareas hacia las nuevas generaciones, que están esperando tener unos «marcos de conducta» ofrecidos por quienes han vivido más y saben más. Agradecemos desde aquí al autor su contribución por enriquecer la literatura pedagógica, tan necesaria en la sociedad actual.


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