lunes, 27 de septiembre de 2021

Carlos Beorlegui: Llamados a ser libres. Por Leandro Sequeiros

Beorlegui, Carlos: Llamados a ser libres. Las dimensiones antropológicas de la libertad. UCA Editores, El Salvador, 2020. 445 páginas. Comentario realizado por Leandro Sequeiros (Presidente de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta -ASINJA-).

La libertad, su naturaleza y sus posibilidades y límites, ha sido uno de los temas más debatidos en la filosofía. Las neurociencias, por una parte, y las recientes innovaciones en Inteligencia Artificial (IA) ponen en cuestión las doctrinas tradicionales. El objetivo de Beorlegui es describir desde puntos de vista muy diversos el fenómeno humano (que diría el sabio jesuita científico y pensador Pierre Teilhard de Chardin) en sus dimensiones sociales y en especial en las amenazas contra la libertad. Por eso tiene mucho sentido la visión de la realidad donde se sitúa el escenario de la indagación de Llamados a ser libres: “En la más reciente actualidad, parecería que los ataques a la libertad se están haciendo en partes más radicales y contundentes, sobre todo como consecuencia de los importantes y continuos avances en el campo de las neurociencias, aumentando al mismo tiempo, o en igual medida, en que las ciencias naturales y humanas progresan y nos descubren la radical mundaneidad de los humanos, esto es, nuestra incardinación en el ámbito de la biosfera y en el proceso evolutivo” (Introducción, p. XV). Por eso está convencido de que “sin la libertad no se entiende nada de lo humano” (Introducción, p. XIII). 

El punto de partida filosófico está muy inspirado en la antropología filosófica de Arnold Gehlen y su teoría del ser humano como ser carencial: “El ser humano no está conformado, en su estructura comportamental, con un sistema de actuar cerrado y determinado por su estructura genética, sino abierta y plástica, como consecuencia de ser un animal carencial, deficiente, sin estructuras comportamentales cerradas, sino abiertas y plásticas, por lo que está obligado necesariamente a ser un animal cultural” (Introducción, p. XIII). 

Estructurado en nueve extensos capítulos (que incluyen cada uno de ellos una bibliografía selecta al final de cada uno), se inicia con una Introducción muy iluminadora para entender el conjunto. En este extenso capítulo introductorio (“Consistencia y complejidad de la libertad”, paginados con números romanos desde el XIII al XXV) Beorlegui orienta al lector sobre los objetivos y estructura general del volumen. 

Los capítulos de la que puede considerarse la primera parte de este estudio (capítulos 1 a 4) tienen una función canalizadora de la atención del lector hacia los objetivos finales y presentan el escenario actual filosófico y cultural en el que se ha formulado históricamente la aproximación al fenómeno de la libertad de ser en sus múltiples dimensiones. El capítulo primero (“La libertad en la historia. De la libertad de actos a la libertad de ser”, pp. 1-60) se presenta una descripción histórica sobre la libertad. Los capítulos 2, 3 y 4 (pp. 61-178) presentan de una manera didáctica las diversas posturas de la libertad que más se han extendido en nuestra cultura científico-técnica: los determinismos atomistas o mecanicistas, los conductistas y los sociobiológicos (capítulo segundo); los determinismos neurobiológicos (capítulo tercero); y otras posturas sobre la libertad: el compatibilismo, la libertad absoluta y la libertad situada (capítulo cuarto).

Para Beorlegui hay hipótesis irreductibles que justifica filosóficamente con suficiencia: “El ser humano no es libre de forma absoluta e irrestricta, sino que su libertad es limitada y encarnada. Por eso tenemos que estudiar, en primer lugar, qué elementos genéticos, epigenéticos y cerebrales (y corpóreos, en general) conforman el fundamento y los factores condicionantes, desde el punto de vista biológico, de nuestro ser libre” (Introducción, p. XVII). Consecuente con este enfoque estructural de cuatro dimensiones, se han ido construyendo los capítulos de la que se considera segunda parte del libro [los capítulos 5 a 9], “en la tarea de plantear de modo positivo los argumentos más convincentes a favor de hacer plausible la libertad, situándola y enraizándola en lo que podríamos llamar la estructura antropológica de la libertad (p. XIX). Así, en un primer momento (capítulo 5, “La dimensión biológica y evolutiva de la libertad”, pp. 179-244) el autor se detiene en el estudio de las características genéticas y cerebrales de nuestra especie, que constituyen una de las condiciones de posibilidad de nuestra libertad. 

Es el momento ahora de acercarnos a la libertad desde la perspectiva de la propia experiencia de primera persona (capítulo sexto, “La dimensión subjetiva y personal de la libertad”, pp. 245-308). Es desde ahí, desde nuestra propia conciencia humana, desde donde cada ser humano se percibe y experimenta como dueño de su vida y único responsable a la hora de elegir, en momentos clave de su vida, entre diversas posibilidades de acción. La dimensión subjetiva de la libertad no puede entenderse separada de la dimensión comunitaria tal como se discute en el siguiente paso intelectual (capítulo séptimo, “La dimensión social y política de la libertad”, pp. 309-366). Esto es lo que nos permite acercarnos a lo que puede llamarse “dimensión trascendente” del ser humano, y yendo más allá, acercarnos a la posibilidad de la dimensión “religiosa”, e incluso teísta y aun cristiana del ser humano (capítulo octavo, “La dimensión trascendente de la libertad”, pp. 367- 414). El autor es cuidadoso en el lenguaje y nunca utiliza la palabra “necesidad” sino “posibilidad”. El ser humano está abierto (tiene las competencias y capacidades fruto de la evolución biológica y cultural) pero de ahí no se desprende que “necesariamente” esté abierto a la trascendencia. 

Y como tarea y síntesis final (capítulo noveno, “Las diversas facetas y dimensiones de la libertad”, pp. 415-445) el profesor Carlos Beorlegui completa el estudio con la presentación de las diversas facetas que conforman la realidad compleja de la libertad, “presentándola como un poliedro constituido por múltiples caras y perspectivas” (Introducción, pp. XXII). Un brevísimo resumen, se puede encontrar en la contraportada del libro: “En un mundo cada vez más marcado por la injusticia y las desigualdades sociales, la apuesta por la libertad se convierte no únicamente en un problema teórico, sino también en una responsabilidad ética”.


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