Vázquez Borau, José Luis: Vida de Maximiliano Kolbe. San Pablo, Madrid, 2010. 124 páginas. Comentario realizado por José Manuel Burgueño.
Este librito de la colección «Retratos de bolsillo», de la editorial San Pablo (en la que nos encontramos con figuras tan variopintas como Tomás de Aquino, Roger de Taizé, san Pedro, Juan Pablo II, Francisco de Asís, la Madre Maravillas o Edith Stein), nos acerca el perfil de un franciscano polaco enamorado de la Inmaculada; un amor que marcó tanto su vida como su muerte, ya que durante muchos años no hizo sino difundir esta devoción, y en el momento decisivo de su martirio, en Auschwitz, fue ese mismo amor el que guio su decisión.
Raimundo Kolbe (1894-1941), que adoptó el nombre de Maximiliano al ingresar en 1907 en la orden de los franciscanos menores conventuales, destacó a lo largo de su vida como un hombre emprendedor e inteligente, cualidades que puso al servicio de su fervor por la Virgen María. Fue por ello por lo que fundó en 1927 en Niepokalanow («Ciudad de la Inmaculada»), a unos cuarenta kilómetros de Varsovia, una especie de macroconvento en el que llegaron a vivir casi mil religiosos; y fue esa misma pasión la que le llevó al mundo del periodismo como la vía más eficaz para propagar su mensaje. Y con tal entusiasmo que llegó a ser responsable del mayor grupo editorial de la Polonia de la época, ubicado en aquella «ciudad», con ocho revistas que sumaban un millón de ejemplares al mes y un diario que tiraba 125.000