Flecha Andrés, José-Román: El camino del amor. Del noviazgo al amor esperanzado. CCS, Madrid, 2017. 98 páginas. Comentario realizado por Lucía Muñoz Moro.
Amoris Laetitia (AL), la alegría del amor, es la exhortación apostólica del Papa Francisco sobre el amor y la familia, que recoge muchas de las reflexiones de los Sínodos de 2014 y 2015 sobre la familia, además de muchas aportaciones personales suyas. Con ella, el Papa ha querido orientar la reflexión y la pastoral familiar, para estimular y ayudar a las familias en su entrega y en sus dificultades cotidianas. José-Román Flecha, autor de El camino del amor, reflexiona en este pequeño libro sobre los dos capítulos principales de la exhortación dedicados al amor, aportando más detalles y ejemplos que nos ayuden a comprender y disfrutar más de las palabras del Papa.
El amor no es fácil como no lo es la amistad. Cuesta descubrir a un buen amigo y cuesta mucho mantenerlo a lo largo del tiempo. En AL podemos encontrar muchas pistas que nos pueden ayudar en las distintas etapas del amor en pareja. El autor nos conduce sabiamente por el recorrido de las mismas: el amor en el noviazgo, en el matrimonio y en tiempos de crisis. Y finaliza con un capítulo muy inspirador, que debería estar en todas esas etapas: el amor esperanzado. A veces confundimos amor con romanticismo, con un sentimiento frágil y volátil, casi incontrolable, como sostiene el autor. Gran parte del amor son sentimientos, pero es sobre todo, “un compromiso que puede sostener el peso de toda una vida”.
Apoyándose en la reflexión del Papa Francisco sobre el himno del amor de San Pablo (cf. 1 Cor 13), Flecha construye un decálogo del amor sobre el que pararnos, incidiendo en la palabra “Todo” que acompaña estas palabras y que expresa la radicalidad de esta propuesta. El amor es amor por encima de todo, aun cuando las circunstancias invitan a otra cosa. El amor aquí descrito es algo artesanal, es ayudar al otro a moldearse en su propia identidad, a hacer del otro el mejor hombre o mujer que puede llegar a ser. “El amor que no crece, está en riesgo”, nos advierte el autor.
Quiero dar gracias al Papa Francisco y a José-Román Flecha, por ampliarnos el significado y la dimensión de la familia a todos los que se sienten solos, a veces vecinos, madres solas, divorciados, hijos sin padres, personas discapacitadas, refugiados de un mundo sin amor a los que solo este amor puede mostrarles la alegría verdadera. Todos estamos invitados a construir entre todos «un mundo donde nadie se sienta solo» (AL n. 321).
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