Wess, Paul: DIOS, Cristo y los pobres. Comunidades eclesiales como mediadoras para la liberación. Herder, Barcelona, 2017. 320 páginas. Traducción de Leszek Lech. Revisión de Monika Ottermann y María Soto-Delgado. Comentario realizado por Esteban Gennuso (Seminarista diocesano, Diócesis Azul, Argentina. Estudiante de Grado en Teología. Universidad Pontificia Comillas, Madrid).
La editorial Herder nos acerca una traducción al español de la obra GOTT, Christus und die Armen. Eine Rückbesinnung auf den biblischen Glauben als Beitrag zur Lösung des Konflikts in der Befreiungstheologie del profesor Paul Wess. Apenas acercados a este título debemos llamar la atención en dos elementos no menores. En primer lugar, que la traducción española modifica el subtítulo, orientándolo a la cuestión de las comunidades de base, temática que sin embargo no aparecerá en la obra hasta el último capítulo. En su título original se hacía referencia a la aproximación bíblica del conflicto teológico de la Teología de la Liberación, cuestión que ocupa casi la totalidad del texto. En segundo lugar, hay que notar que el uso de mayúsculas en el término «Dios», además de ser original, es intencional del autor.
El objetivo principal de la obra es la aproximación a una discusión «entre hermanos». Se trata del conflicto teológico que tiene como referentes principales a Clodovis Boff y a Leonardo Boff, acerca de sus concepciones dentro de la Teología de la Liberación (TdL) en lo referente al vínculo Cristo – pobres, en relación con la trascendencia divina. El autor, sin embargo, no se mantiene en una postura de espectador respecto al conflicto, sino que profundizando en la cuestión intenta demostrar que tal rencilla nace de un mismo error de metodología. Frente a tal error, él propone su solución.
Precedida por una introducción en la que el autor nos plantea los motivos de su estudio, la primera parte de la obra es la más breve, pues en ella introduce el conflicto: una serie de acusaciones-respuestas entre Clodovis y Leonardo Boff, en la que discuten sobre cuál es el papel de Cristo en referencia a los pobres dentro de la teología. Aquí se reflexiona sobre la primacía de los pobres, el papel de la fe y qué lugar ocupa la trascendencia. Debemos destacar que, en la distinción de escuelas, Wess ubica a J. Ratzinger y el Documento de Aparecida con el primero, y a J. Sobrino y otros autores, junto a Leonardo Boff.
La parte segunda, constituida por siete capítulos, intenta demostrar que la discusión entre estos autores, dentro de la TdL., carece de sentido en cuanto que todos ellos utilizan un erróneo punto de partida: Jesucristo es el «Dios hecho hombre». El autor nos llevará a su comprensión teológica, según la cual, este principio hermenéutico solo puede conducir a un monofisismo fáctico que acaba en el menosprecio de la trascendencia. Su postura, frente a esto, es que Dios siempre está por encima de los hombres y los pobres, incluido el mismo Jesucristo. Para esto recurre a relecturas de los Concilios de Nicea y Calcedonia, a teologías bíblicas y a un capítulo 9 en el que propone un «espiral de comprensión» para la relación Dios, Cristo y los pobres.
A partir de aquí, en la parte tercera, desarrolla su teología desde la perspectiva bíblica y de revelación que fundamente la existencia humana desde una liberación apoyada en su relación con Dios. Liberación que solo puede ser salvación, pero que supone a su vez entender al ser humano como ser-en-relación. Desde ahí abre paso al desarrollo de su propuesta de renovación eclesiológica que se apoya en la existencia cristiana como koinonía y que se expresa en las llamadas «comunidades de base».
La conclusión de la obra es una crítica al método ver – juzgar – actuar que se encuentra en la base de la comprensión de la realidad de la TdL., y de los documentos del CELAM. Una vez más, vuelve a su idea central: «El Dios trascendente y el ser humano que ha de ser salvado no pueden llegar a ser iguales, ni siquiera por acción de la gracia. Esto también se aplica a Jesucristo» (p. 300).
Paul Wess nos acerca un estudio profundo sobre la cuestión siempre candente de la hermenéutica teológica que subsiste en la TdL., en sus distintas variantes. No se trata de una obra de fácil lectura, ni para cualquier tipo de público. El autor se maneja en un complejo lenguaje teológico, a la vez que se sirve de fuentes tanto bíblicas como magisteriales o de teólogos de distintas disciplinas. Se trata de una obra en la que se presenta constantemente la propia teología del autor como contrapuesta a otras teologías, que entre ellas mismas son alternativas. Se encuentran en la obra una serie de esquemas y gráficos mediante los cuales el autor explica las cuestiones tratadas de manera sintética y, como él mismo dice, profundiza más por medio de ellos que por lo que se explica previamente. Estos gráficos hablan de una teología muy pensada y elaborada personalmente. A la vez, son de gran utilidad para detenerse en el pensamiento del autor.
La obra es fruto de un pensamiento propio, y como tal, no deja de presentar argumentos teológicos discutibles. La insistente contraposición entre Dios y Jesucristo se presenta problemática. Sobre todo, porque no queda claro si al referirse a Dios, se refiere a Dios-Padre, o a la divinidad en un sentido menos concreto. Además, para los argumentos de la koinonía, parece un poco falto de apoyo tras haber despojado a la cristología, y por lo mismo a la antropología, de la comunicación de idiomas. Sobre esta cuestión cabe preguntarse, ¿la entiende como comunicación de las características divinas al hombre Jesucristo o a todo ser humano? ¿No carece de una comprensión de Jesucristo en su peculiaridad o «singularidad» (G. Uríbarri)?
En otro sentido, el autor parece hacer una vinculación un tanto apresurada entre la TdL., y el documento de Aparecida. Este elemento queda hoy un poco falto de fundamento por la profundización que en este documento se ha hecho a partir de la figura del papa Francisco y la teología argentina del pueblo. Es sabido que, en algunos elementos que el autor trata, esta teología no es exactamente igual a la TdL. Sin embargo, respecto al pontificado actual, su obra aparece necesaria de confrontación, ya que su lectura eclesiológica encuentra no poco eco en el papa argentino.
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