Molinas, César y Ramírez Mazarredo, Fernando: La crisis existencial de Europa. ¿Es la Unión Europea el problema o la solución? Deusto, Barcelona, 2017. 238 págs. Comentario realizado por Óscar Cala López.
La Gran Recesión, una sombra que todavía nubla el viejo continente, ha puesto en tela de juicio el gran proyecto de una Europa unida. Desigualdad, desafectación, desconfianza, deslegitimación y otros muchos "des" oscurecen la otrora ilusionante construcción europea. Una sombra que da cobijo a movimientos populistas y/o independentistas, algunos emergentes y otros no tanto, que se nutren del descontento social para minar con reivindicaciones tan atractivas como irreales un stablishment desprestigiado. Sin embargo, lo que subyace no es sino «un miedo difuso pero intenso a las consecuencias de la globalización y del cambio tecnológico» (p. 142).
Para arrojar un poco de luz y realidad al asunto, Molinas y Ramírez nos traen La crisis existencial de Europa. A lo largo de sus nueve capítulos, asientan las bases que permitirán al lector comprender (y desmitificar) rápidamente el momento actual en el que se encuentran la Unión y los europeos para, así, ofrecer vías alternativas al proceso de integración. En el origen de Europa se entremezclan la invención del individualismo, el desarrollo económico y la alternancia de épocas de guerra y paz. Todo ello configura una sociedad abierta, sostenida sobre la libertad y el progreso, que ha hecho posible el surgimiento de un pacto social, basado en la garantía del Estado de bienestar y del pleno empleo. Sin embargo, con el comienzo del siglo XXI, esta aspiración entra en crisis. El sistema hace aguas. En este momento, los autores anclan la descripción de la Unión Europea: sus pretensiones y éxitos y sus problemas y fracasos. Un largo proceso, abanderado por la integración económica, que cristaliza una aspiración más alta. Esta consiste en lograr para Europa la unificación política a través de una vía funcionalista capaz de dar encaje a la innegable heterogeneidad que existe entre los Estados miembros. De ahí, las dificultades estructurales que existen en la Unión o la singular criteriología para la adopción de la moneda única.
Pero en medio de todo este recorrido los autores encuentran una constatación. Han sido las crisis los acicates más efectivos para seguir adelante en el proceso de integración. ¿Será el Brexit un nuevo impulso más que un retroceso? Será el tiempo quien lo confirme. Con todo, el futuro se mantiene incierto y son varios los escenarios posibles hacia los que puede derivar la Unión.
Molinas y Ramírez nos proponen un itinerario optimista, apoyado en la unión económica y monetaria. Mas todo intento será infecundo si no se abordan de raíz los problemas de heterogeneidad, que dan sustento a la falta de convergencia real. Y no solo en lo económico, sino en el resbaladizo campo de la política exterior. Pues el horizonte seguirá siendo algo lejano y difuso mientras no seamos capaces de responder a los problemas que amenazan Europa en asuntos de seguridad, defensa y migración.
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