jueves, 19 de agosto de 2021

Íñigo Pirfano: Ebrietas. Por Marta Medina Balguerías

Pirfano, Íñigo: Ebrietas. Descubrir el poder de la belleza. Encuentro, Madrid, 2019 (2ª ed.). 140 páginas. Comentario realizador por Marta Medina Balguerías.

Resulta paradójico que muchas reflexiones sobre la belleza tengan el efecto de distanciar al lector de ella. Así sucede cuando el foco se pone en la teoría y, consiguientemente, en el lenguaje técnico con el que se pretende describir esta realidad, en vez de centrarse en la belleza misma e intentar conducir al lector a ella. Afortunadamente, no sucede así con este libro de Íñigo Pirfano. Se trata de un ensayo ameno, ágil y que nos transporta a la realidad sobre la que está reflexionando.

Ebrietas describe el estado de ebriedad en el que se crea y se disfruta el arte. Para el autor se trata de un estado de inocencia y gratuidad, similar al juego, en el que el ser humano puede acceder a las cuestiones más importantes de su existencia. Si bien las ideas defendidas en el libro valen para la belleza y el arte en general, Pirfano, que es director de orquesta, se centra sobre todo en la música.

Tres son, a mi juicio, las fortalezas de este pequeño libro. En primer lugar, la conexión entre belleza y verdad que subyace a todo el ensayo (y, de manera similar, con los demás trascendentales: ser, unidad y bondad). Esto no es casual. El autor quiere rehuir el relativismo estético que parece haberse adueñado de gran parte de la sensibilidad actual (o la ausencia de ella). A juicio del autor, la función del arte no es transgredir, llamar la atención o romper con la armonía clásica, o al menos no principalmente. El arte debe llevarnos a la verdad de nosotros mismos y el mundo y para ello es necesario producirlo y recibirlo con humildad y honestidad. En este sentido, resulta especialmente lúcida la conexión que establece entre arte y amor; la belleza nos debe llevar al otro y no a nuestro egoísmo.

En segundo lugar, Pirfano cita constantemente a grandes compositores y artistas, lo que da credibilidad a sus ideas. No dice lo que “para él” es el arte, sino que intenta transmitir lo que para los artistas ha supuesto el proceso de creación y transmisión de sus obras. Esto hace que sus reflexiones no parezcan alejadas de la realidad, sino plenamente insertadas en ella.

Finalmente, se agradece el estilo claro y elegante del autor. No es un texto especialmente sistemático, pero se aprecia en todo momento coherencia, orden y claridad de pensamiento. Así, el autor consigue transmitir una serie de ideas con sentido y lógica interna, al tiempo que lo hace de manera sugerente y amena.

Es un acierto que la editorial Encuentro haya decidido ofrecernos esta segunda edición revisada de un libro que, aunque breve, trata de uno de los más grandes asuntos de todos los tiempos.


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