lunes, 27 de abril de 2020

Nuria Calduch-Benages (coord.): San Pablo y las mujeres. Por Javier Sánchez Villegas

Calduch-Benages, Nuria (coord.): San Pablo y las mujeres. PPC, Madrid, 2019. 125 páginas. Colección "Las palabras y los días" 12. Traducción de Rocío Lancho y Mónica Zorita. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Dice el refrán que no hay dos sin tres. El libro que hoy os quiero presentar, como se dice en la introducción, es justamente el tercer volumen de una trilogía dedicada a las mujeres en la Biblia. El primero, Mujeres de la Biblia (ver comentario en Libris Liberi pinchando aquí), estuvo dedicado a las figuras femeninas más relevantes del Antiguo Testamento. El segundo, Mujeres de los evangelios (ver comentario pinchando aquí), hizo un repaso por las mujeres que seguían a Jesús. En esta ocasión, este tercer volumen indaga sobre aquellas amigas, hermanas y apóstoles que colaboraron activamente en la misión evangelizadora del apóstol san Pablo. Nos referimos a: Febe, Priscila, Junia, Lidia, Evodia y Síntique, la esclava poseída, las hijas de Felipe, Trifena y Trifosa... Además de estas mujeres, se le da espacio a una figura femenina anónima: la esclava poseída y curada por Pablo. También se ven reflejados tres grupos de mujeres que, aunque no son mencionadas en las cartas paulinas, jugaron un papel importante en la Iglesia primitiva: las profetisas (las cuatro hijas de Felipe), las diaconisas y las viudas.

Al igual que ocurrió en los dos libros anteriores, el presente se compone de una serie de artículos que fueron publicados originalmente en el mensual femenino de L'Osservatore Romano "Donne-Chiesa-Mondo", y posteriormente en la revista Vida Nueva. Todos ellos han sido escritos por un nutrido grupo de teólogas europeas y norteamericanas.

¿El objetivo? Lo dice la propia Nuria Calduch-Benages: "nuestro propósito no es afrontar cuestiones técnicas reservadas a los especialistas, sino abrir una ventana al mundo de Pablo a fin de conocer mejor a sus colaboradoras, es decir, a aquellas mujeres que compartieron con el apóstol su celo pastoral".

Tras la lectura del texto, mi humilde opinión es que lo consigue. Incluso se abren posibilidades en cuanto a la relación de Pablo y las mujeres, y el grado de influencia que pudo tener el apóstol en el hecho de que el papel de la mujer quedara relegado a muy poca cosa dentro de la Iglesia. ¿San Pablo era misógino o, al menos, tenía prejuicios negativos contra las mujeres? Si la respuesta fuera afirmativa, ¿por qué en los escritos paulinos se atestigua el papel activo de las mujeres en las primeras comunidades cristianas? ¿No tendrá algo que ver que, en las comunidades pospaulinas, al alejarse la inminente llegada del fin del mundo, se afirmara cada vez más una organización jerárquica regida por varones, gracias también a un lento proceso de clericalización, del todo ausente en Pablo?

Bueno, bueno. Si queréis saber qué es lo que opinan estas teólogas biblistas, me temo que tendréis que leer el libro. Ya sabéis lo que opino con respecto a la Biblia: que no muerde, y que conviene leerla y rezarla. Pues este libro os puede ayudar a entrar en un campo claramente sin explorar, pero realmente interesante. Hasta la próxima.

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