Laguna, José: Vulnerables. El cuidado como horizonte político. Cristianisme i Justicia, Barcelona 2020, 34 páginas. Cuaderno Cristianisme i Justícia nº 19. Comentario realizado por Jaume Flaquer.
J. Laguna propone cambiar radicalmente la antropología desarrollada durante la modernidad occidental, sobre la que han sido construidos sus modelos políticos y económicos. De hecho, su propuesta invierte completamente esta antropología. El ideal del ser humano ha sido el de un “individuo soberano absoluto sobre su vida y sus bienes”, un ser autosuficiente que decide qué tipo de relación tener con otros seres totalmente independientes también. El paradigma propuesto por la modernidad es el de la autosuficiencia y la total independencia de los demás: no necesitar nada ni de nadie se propone como ideal de la vida autorrealizada. En consecuencia, dice, “infancia, vejez o enfermedad serán considerados momentos deficitarios a superar”. Pero la realidad nos desmonta este espejismo. No solo nunca hemos sido autosuficientes, sino que “nos desarrollamos gracias a la ayuda de nuestros semejantes y somos una especie animal especialmente frágil, condenada a la inexistencia sin los cuidados ajenos”. La evidencia, pues, es la de la común vulnerabilidad. J. Laguna denuncia de que, si bien el relato de la autosuficiencia ha llevado a la protección de los individuos, la “emergencia de nuevos sujetos vulnerables no encuentra discurso jurídico ni político” que les ampare. El cuidado queda relegado al ámbito privado, voluntario y gratuito.
J. Laguna suele apoyar sus tesis con sugerentes interpretaciones de la Biblia que son a la vez denuncia de las interpretaciones sesgadas (desde el punto de vista del patriarcado o de los ricos) que han recibido. En este caso propone una relectura del relato de Adán y Eva para liberarlo de la interpretación que ha justificado durante mucho tiempo “la reclusión de la mujer en la semántica de la vulnerabilidad (cuerpo, fragilidad, sufrimiento, muerte, pecado, seducción, vicio…)”, haciendo del varón el prototipo de la humanidad. Dado que la vulnerabilidad afecta especialmente al cuerpo dedica muchas páginas a reflexionar sobre los cuerpos ocultados de Adán y Eva, sobre el cuerpo autosuficiente y solitario del varón idealizado por Leonardo en su Hombre de Vitruvio, y sobre los cuerpos vulnerables de unos homínidos de Atapuerca que solo pudieron vivir algunos años porque alguien cuidó de ellos. De esta manera J. Laguna nos confronta con nuestra propia vulnerabilidad esencial y denuncia junto con el Papa Francisco la cultura del descarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario