lunes, 31 de enero de 2022

María José Muñoz López: Páginas de piedra. Por Miguel Córdoba Salmerón

Muñoz López, María José: Páginas de piedra. Una lectura de las catedrales españolas. Fundación SM-PPC, Madrid, 2020. 366 páginas. Comentario realizado por Miguel Córdoba Salmerón (Dr. Historia del Arte, Universidad Loyola Andalucía, España).

Uno de los medios por lo que siempre ha hablado el hombre de sus sentimientos ha sido el arte. Pero, a través del arte, también podemos ser conscientes de los acontecimientos que han ido acaeciendo en el discurrir de los siglos, se convierte, por ello, en un gigantesco archivo, al alcance de todos, a través del cual podemos conocer nuestra propia historia. Dentro del arte, el que plasma los sentimientos religiosos es muy amplio, pues el hombre siempre ha intentado de una forma u otra hacer visible aquello que permanece invisible a sus ojos pero que percibe como algo real. Este arte es tan importante que si lo hiciéramos desaparecer se crearía una gran laguna en el conocimiento no solo de la historia sino del conocimiento propio del ser humano. Por eso, es de gran importancia obras como la que tenemos en estos momentos en nuestras manos, pues a través de sus páginas el lector podrá adquirir las herramientas necesarias para poder interpretar aquello que tiene delante de sus ojos.

En esta ocasión, nuestra autora, como el propio título, nos indica que se centrará en el estudio de las catedrales, de las que el director del secretariado de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal, Pablo Delclaux, nos dirá que es un “espacio recreado donde se une el cielo y la tierra en celebraciones en las que las piedras y los objetos nos anuncian este misterio”.

La obra está compuesta por tres capítulos que iremos analizando a continuación. Todo ello precedido por un prólogo, una introducción y un breve ensayo sobre “La belleza como maestra”. El primero de los capítulos está bajo el título: “Iglesia madre”. Está divido en siete apartados. El primero de ellos versa sobre la identidad de la catedral, respondiendo a la pregunta sobre ¿qué es una catedral? De esta forma nos ayuda a situarnos ante estos grandes edificios de piedra que ocupan un espacio central en las ciudades. En el siguiente apartado reflejará cómo la historia de las catedrales es un recorrer nuestra propia historia, haciendo con ello un breve recorrido desde los orígenes de estos edificios hasta la actualidad, por los diferentes estilos artísticos que han marcado estos veintiún siglos de nuestra era.

¿Quiénes son los que están al cargo de estos edificios? Será la siguiente pregunta que nos responda nuestra autora, bajo el epígrafe de “El cabildo”. Después pasará a hablarnos de “La comunidad cristiana”, ayudándonos a comprender que es cuerpo místico que se reúne en su interior para celebrar el misterio central de los cristianos el de la Pascua. Todo ello visualizado y actualizado mediante la liturgia y los sacramentos, que son vistos en el apartado quinto. El penúltimo trata el tema de los enterramientos que se realizan en las catedrales, con el título “La catedral como cementerio”. Concluye con la idea que ya señalábamos antes, cómo estos edificios se convierten en “El corazón de la ciudad”.

El capítulo segundo, “El lenguaje de las catedrales”, es esencial para poder comprender los edificios que tenemos delante. A través de él, la profesora María José Muñoz López, nos irá desgranando las diferentes partes en las que se compone una catedral, analizando cada una de ellas, aportándonos su significado y poniéndonos algún ejemplo o ejemplos significativos. De los treinta y un elementos que aparecen marcados en un esquema con el que se inicia el capítulo, se analizan veinticinco, aunque nos reconoce la autora que no serán “capaces de revelar por completo la identidad de una catedral”, pero sí será lo suficiente para revelar su rostro. Las partes no serán abordadas desde la individualidad sino desde el conjunto, como un todo, donde cada parte cumple con su función. Es, por ello, de gran importancia ese subapartado que incluye en cada uno de ellos sobre su significado, como ya adelantábamos unas líneas más arriba. Sí es cierto que los últimos cinco elementos que trata no tienen que ver directamente con la arquitectura, pero sí que están vinculados con ellos. Se trata de: el retablo, la pintura mural, las vidrieras, el órgano y las reliquias. Tal vez, el último de ellos es el que más nos puede disonar en un primer momento, pero recordemos que el origen de muchas catedrales está en ellas, pues comenzaron siendo edificios que se construyeron para la conservación y veneración de las mismas, pasando a convertirse en sede de la cátedra del obispo, e impulsoras del desarrollo del espacio arquitectónico, como por ejemplo la catedral de Santiago. Esos veinticinco elementos son: el emplazamiento, la fachada y portada, la torre, la planta, las naves, el crucero y transepto, girola y trasaltar, cabecera y presbiterio, altar, cátedra, tabernáculo, coro, trascoro, baptisterio, capilla, sacristía, sala capitular, claustro, techumbre, bóveda-cúpula y cimborrio, retablo, pintura mural, vidriera, órgano y reliquias.

El tercer capítulo, “Palabra en piedra”, recoge noventa y cuatro fichas que recorren las catedrales españolas. Todas ellas son catedrales o concatedrales, a excepción de cinco de ellas, que son incluidas, por haber tenido el rango catedralicio, por haber sido sede de ésta mientras que se construía la catedral o porque se le reconoce ese rango, aunque no lo haya tenido a nivel oficial. No se ha incluido la de Cartagena por estar en “estado ruinoso”. Cada una de las fichas cuenta con un apartado sobre la cronología de la construcción; una lista de artistas más relevantes que hayan intervenido en ella en los campos de arquitectura, escultura y pintura; una sección con los elementos más destacados de la catedral, en un número variable; una fotografía a color de unos tres cuartos de la página; una sección titulada: “¿Sabías que…?; y, por último, una reseña sobre los estilos artísticos que podemos encontrarnos en el edificio.

Todo esto se cierra con una conclusión-reflexión sobre las catedrales como signo visible de Dios, como la Iglesia madre que acoge a sus hijos. Acompañado por un glosario básico sobre términos arquitectónicos e históricos, principalmente, y una bibliografía.

Solo queda felicitar a la autora por la gran labor realizada al componer esta obra, por el intento realizado de conjugar teología, espiritualidad y arte, que no siempre es fácil y bien comprendido. Igualmente quiero felicitar a la editorial por esta apuesta y animarla a que siga en esta dirección. Por último, animar al lector a conseguir esta obra que le será de gran ayuda para iniciarse en la comprensión del significado de la catedral y para tener un esquema de la riqueza patrimonial de España.


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