González, Ares: Educar sin GPS. Una visión global de la crianza para que disfrutes por el camino. Planeta, Barcelona, 2021. 330 páginas. Comentario realizado por Marta Medina Balguerías.
Es frecuente que los padres leamos muchos libros, blogs y otros materiales sobre crianza y que nos veamos desbordados por la cantidad de información que encontramos, muchas veces contradictoria. Ares González constata este hecho, al que denomina “infoxicación”, y propone centrarse en lo esencial para que la crianza, lejos de convertirse en una pesada carga, sea una tarea que ilusione y permita disfrutar.
Para ello, el autor propone seis claves que condensan lo que para él (padre y educador, por tanto, experimentado en la crianza y la educación) es esencial de cara a una crianza adecuada. Estos seis criterios son para Ares los seis puntos de la brújula para educar que “marcan los cimientos del desarrollo de la infancia, sus necesidades básicas. Los niños y las niñas necesitan nuestra presencia continua, cuidados de calidad, adultos que favorezcan su autonomía, límites claros y respetuosos, tiempos y espacios para poder ser ellos mismos y, sobre todo, bienestar familiar” (p. 17). A cada uno de ellos dedica un largo capítulo donde explora diversas cuestiones cotidianas y prácticas relacionadas con el tema tratado en cada caso.
Este libro tiene varios puntos fuertes. En primer lugar, se agradece el estilo respetuoso del autor, quien siempre defiende lo que le parece mejor, pero de tal manera que el lector no se siente juzgado si en algún punto piensa o actúa de manera diferente.
En segundo lugar, se trata de un texto ágil, ameno y aterrizado, fácil de leer por su frescura y con numerosos ejemplos y ejercicios que pueden venir bien a quienes necesitan un poco de ayuda para poner en diálogo las ideas del texto con su propia vida y quehacer educativo.
Por último, es un libro que va a lo esencial y proporciona varias claves generales que puedan ayudar en la crianza, sin multiplicar las normas o los requisitos a seguir, sino más bien invitando a que cada uno vaya encontrando su propio equilibrio familiar y disfrute al hacerlo. En este sentido, se agradece el sentido común del autor, que no se ata a normas rígidas, sino que tiene en cuenta la complejidad de las realidades familiares y la pone frecuentemente sobre la mesa.
En suma, es un libro muy recomendable para quien tenga por delante la apasionante tarea de la educación y/o crianza. Es cierto que hay otros libros con más fundamentación teórica que este y si uno va buscando algo más “sesudo”, no lo va a encontrar, por el simple hecho de que la opción elegida por el autor es transmitir las conclusiones a las que ha llegado después de su investigación y de lo aprendido por la experiencia, de una manera amena y accesible. No obstante, quien haya leído otros libros con un mayor fundamento teórico, se dará cuenta de que las propuestas de Ares González están basadas en ellos, aunque no los cite explícitamente.
Ojalá estas reflexiones ayuden a ir viviendo la educación desde la clave atractiva del disfrute y a liberarse del estrés que produce pretender llegar a todo a la perfección, con el consiguiente desgaste y la frustración que ocasiona en quienes educamos.
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