lunes, 11 de julio de 2022

Alexander Schmemann: Introducción a la teología litúrgica. Por Miguel Córdoba Salmerón

Schmemann, Alexander: Introducción a la teología litúrgica a la luz de la tradición de la Iglesia ortodoxa. Sígueme, Salamanca, 2021. 253 páginas. Comentario realizado por Miguel Córdoba Salmerón (Instituto Teológico «Lumen Gentium» y Universidad Eclesiástica de San Dámaso, Madrid).

El autor de esta obra, el difunto Alexander Schmemann, sacerdote ortodoxo, fue profesor del Seminario Teológico Ortodoxo Saint Vladimir de Nueva York. En su curriculum podemos encontrarnos con numerosos libros sobre estudios litúrgicos. En nuestras manos tenemos la traducción de su primera obra, publicada originalmente en 1961, aunque la obra que se usa para la traducción es la publicada por St. Vladimir’s Seminary Press en 1966. Por lo que hay que agradecer a la editorial Sígueme el esfuerzo realizado a la hora de la traducción de esta obra.

La presente obra, como el propio autor nos indicará, es una introducción muy general a un curso completo sobre teología litúrgica, y tal como queda reflejado en su título, enfocado a la mejor comprensión y estudio del culto ortodoxo. En ella defenderá que la teología litúrgica es una disciplina teológica independiente de otros tratados y que por tanto tiene su objeto particular, y como consecuencia de ello requiere su propio método especial, diferente al de otras disciplinas teológicas.

La obra está compuesta por cuatro capítulos subdivididos en diferentes epígrafes y apartados. Además, cuenta con una introducción sobre la tarea y el método de la teología litúrgica. Por lo que en ésta última abarcará las definiciones necesarias que nos ayuden a comprender mejor el contenido de la investigación.

El primero de los capítulos está dedicado a “El problema del ‘Ordo’”. Esto es de gran importancia porque la Iglesia ortodoxa “no conoce un culto que no se ajuste al ordo”, remitiendo tanto a la vida cultural como a cada “ciclo” y celebración independiente. Este nos introduce, a través de sus cuatro epígrafes, en la definición de ordo, la problemática que existe entre la desconexión entre el ordo escrito y la praxis litúrgica, el tema del Typicon, y la conexión entre el ordo con la eucaristía y la liturgia del tiempo. Para ello nos hace ver que el ordo no es autosuficiente, sino que necesita de una serie de instrucciones añadidas para que pueda ser correctamente interpretado y, de este modo, usado. Todo ello se recogerá en Typicon, con la dificultad que esto conlleva, pues el actual es una amalgama de normas locales, que en ciertas ocasiones entra en contradicciones y ambigüedades. A esto se le suma que un determinado sector dentro de la Iglesia ortodoxa considera que el Typicon tiene un carácter de ley absoluta, por lo que es imposible tocar y alterar este material, y si se hiciera se podría “subvertir la ortodoxia”. Aquí es donde se encuentra una de las dificultades entre el Ordo y la praxis litúrgica mencionada, y se convierte en la principal tarea de aquellos que consideran la teología litúrgica no solo como una materia que se dedique a recoger explicaciones accidentales y casuales, sino como un estudio sistemático de la lex orandi de la Iglesia ortodoxa.

En el centro de la vida litúrgica de la Iglesia, señala nuestro autor, está la eucaristía, que marca la vida litúrgica de la misma, tanto semanal como anualmente, en la que el ordo juega un papel fundamental. Pero nos avisa el profesor Schmemann que este centramiento puede llevar a un peligro, que es el de caer en los extremos, y es la de reducir la vida litúrgica solo a la eucaristía, contradiciendo con ello al propio ordo. Por eso señala que es necesaria una definición y explicación más completa del puesto de la eucaristía dentro del sistema general del culto. Además, señala cómo en la actualidad se va prestando una mayor atención a la liturgia del tiempo.

Una vez que contamos con unas ideas básicas sobre el ordo, y las problemáticas que existen, y la tendencia actual en los estudios teológicos, dentro de la liturgia, el autor se introduce en el origen del ordo en el capítulo segundo, bajo el título: “El problema del origen del ‘ordo’ en los primeros siglos”. Éste está dividido en siete epígrafes que van repasando el origen de la liturgia del tiempo. Repasa brevemente la base judía del culto cristiano, para tratar —posteriormente— la relación entre ambas liturgias. ¿Qué es lo que preservó el culto cristiano del judío tras la ruptura? Será lo que intente responder en el cuarto epígrafe, analizando la celebración de la eucaristía y la liturgia del tiempo. Seguidamente, pasa a estudiar el Sabbath hebreo para comprender la importancia del puesto del «día del Señor». Después, centra su estudio en dos aspectos de la mencionada liturgia del tiempo, aportándonos dos apuntes sobre las horas de la oración, pues por medio de ella la Iglesia —parafraseando a Tertuliano— rodea a Dios como un ejército, reunido en un mismo lugar. El último de los epígrafes está dedicado al tema del año litúrgico desde sus orígenes apostólicos, centrado como no podía ser de otro modo en el desarrollo del ciclo litúrgico de la Pascua y Pentecostés.

El tercer capítulo trata la problemática del desarrollo del ordo, especialmente en su desarrollo a lo largo de los siglos IV y V —“El problema del desarrollo del ‘ordo’ en los siglos IV y V”—. A lo largo de sus cuatro epígrafes hace hincapié en el tema de la importancia de la piedad litúrgica y la aparición de una nueva experiencia de culto a través de la vida monástica y la importancia del mismo. El primero de ellos está bajo el título: “Naturaleza del desarrollo litúrgico en el siglo iv”, mientras que el segundo hablará sobre la importancia que adquiere en esos momentos la piedad litúrgica. Ello conduce al autor a tratar, en el tercero de los epígrafes, “La nueva experiencia del culto y sus causas”, el proceso de cambio que se produce en el culto cristiano cuando toma un tono más mistérico. El último de los temas tratados será la importancia del monacato en la historia del culto.

Todo ello ayudará al autor a tratar, en el último capítulo —“La síntesis bizantina”—, un estudio evolutivo del ordo y el Typicon bizantino, abarcando desde el siglo IV al IX. Todo ello se desarrolla a lo largo de cinco epígrafes, haciendo un especial hincapié en la descripción de los tres estratos: el “ordo” preconstantiniano, el secular (en el que se ve la relación que se establece entre la Iglesia y el mundo) y el estrato monástico. Tras la lectura podemos decir que se trata de un estudio, aunque introductorio, profundo en su contenido específico por lo que necesita del lector unos conocimientos previos en la materia; por consiguiente, la lectura de algunos epígrafes, más específicos, es más densa. Por ello, el presente libro es recomendable a todas aquellas personas que quieran introducirse en la liturgia ortodoxa, pero al mismo tiempo en la liturgia de los primeros años de las comunidades cristianas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario