viernes, 1 de julio de 2022

José García de Castro: Educar lo invisible. Por Inocencio Martín Vicente

García de Castro, José: Educar lo invisible. La inspiración de la educación ignaciana. Sal Terrae, Maliaño, 2021. 272 páginas. Comentario realizado por Inocencio Martín Vicente.

En el Plan Estratégico de la Plataforma Apostólica de Asturias (PA), años 2015- 2018, el capítulo 5 se titulaba “En qué tenemos que converger” (las obras de la PA), y detallaba temas comunes como el sentido, la eclesialidad, la formación y la espiritualidad. Y en efecto, para los Claustros de Sentido 2017-2018 el elegido fue justamente: “La Pedagogía Ignaciana considerada desde su fuente principal: los Ejercicios”. En línea con lo mucho que sobre ello se ha escrito, por ejemplo, Pedagogía Ignaciana, un planteamiento práctico. Pero queríamos acercarnos a esta pedagogía que Ignacio propone para una experiencia espiritual, y teniendo como referente únicamente el texto de los Ejercicios. Desde el principio vimos claro quién era la persona indicada para desarrollar esta apuesta: José García de Castro Valdés. En uno de mis viajes a Madrid, me cité con él en la cafetería de la estación Chamartín, y le hice exactamente este planteamiento: ¿En la metodología que Ignacio despliega en las anotaciones cabe una transferencia adaptada al aula? ¿Qué puede aplicarse, de lo que Ignacio pide al acompañante de Ejercicios, al profesor-educador? Y ¿qué elementos inspiradores o aprendizajes nucleares de los Ejercicios pueden adaptarse a la labor educativa de un colegio que tiene como visión educar lo invisible?

Antes de llevarlo al Consejo Apostólico (CA) de la PA, para su deliberación y aprobación, sondeé a unos y a otros por captar cómo les sonaba el tema, y sí, no les sonaba mal; aunque, como dijo alguno, no es lo mismo un aula que una casa de retiro, más convencimiento hallé en el CA, aunque tampoco faltaron manifestaciones de extrañeza.

Seguí con interés las charlas, estuve atento al eco que suscitaba en la gente, leí el borrador y acabo de leer el libro con enorme satisfacción y gusto; y todo ha ido “de bien en mejor subiendo”, encontrándome con dos agradables sorpresas: la de los gráficos de Francisco, el de Pimiango, y las últimas páginas “Para seguir pensando y ayudando”. Siempre pensé que este tema había de tener una segunda parte, por supuesto a nivel personal, pero también como claustro.

El lector juzgará, pero creo que sí, que es posible encontrar en las 20 anotaciones que preceden a los Ejercicios adaptaciones para ser aplicadas en el aula, y el educador puede encontrar puntos de aplicación en el acompañante de Ejercicios y lo mismo en los aprendizajes. Educar lo invisible es el título, que también podría haber sido Effetá (Ábrete), y así te invito a que empieces a leer sin prisas, con calma la primera parte: “Sentido, Espiritualidad y Ejercicios”, y sobre la base de esta parte interiorizada entenderás mejor las adaptaciones y aprendizajes de la segunda y tercera parte.

No es un libro para leer de corrido; sería una buena señal si te “obliga” a parar, si te confirma en tu modo de educar, o te inspira o te cuestiona. El libro es profundo, escrito por una persona conocedora del tema, pero también con los gozos y fatigas de un profesor, y con la mirada puesta en el alumno y el educador en medio de la realidad cultural, digital y social. Hasta puede resultarte ameno.

Una recomendación: para su lectura aconsejaría que en las anotaciones prestaran atención a las palabras que ha elegido de esa anotación y, muy importante, la palabra o frase que como título quiere expresar su finalidad, para leer después el texto ignaciano y, ahora sí, el comentario para educadores. Y lo mismo con los 14 aprendizajes: retengan el título, lean el texto ignaciano que, si el lenguaje le puede extrañar, el marco teológico se lo aclara, y de ahí a la inspiración pedagógica.

La pedagogía ignaciana en los Ejercicios no solamente está contenida en las anotaciones, sino que hay todo un directorio interno que va diseminado a lo largo de todo el proceso: están las adiciones, las reglas de discernimiento y otra serie de indicaciones. Pero esto bien puede ser el contenido de otro claustro de sentido que dé como resultado otro segundo libro. Ánimo.


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