Pagés, Anna: Queda una voz. Del silencio a la palabra. Herder, Barcelona, 2022. 168 páginas. Comentario realizado por José Fernando Juan Santos.
La autora da cita en este libro a representantes, más o menos conocidos por el gran público, de la literatura, la filosofía y el psicoanálisis. Así lo plantea ella misma, con una clara decisión de cuidar sus propias palabras, trabajar la narración y poner de relieve algunos densos conceptos para que el lector haga su propia composición sobre el tema. Más que definir y limar, busca en sus páginas dejar al lector ante la rugosidad y complejidad de las palabras que buscan una sabiduría viva. De este modo, en sus nueve capítulos, intervienen filósofos de toda época desde Sócrates, Freud y Lacan, Anne Carson y Perec, al tiempo que cada uno de ellos va convocando otras múltiples voces.
El tema del libro es la voz que se hace palabra, en el rastro del logos griego en toda su amplitud y variedad. ¿Qué dicen de él aquellos que, según parece, han querido vivir centrados en su compañía? ¿Qué significa que las personas tengamos voz, porque la tenemos? ¿En qué medida nuestra voz es nuestra, no de otros? ¿Por qué esta voz quiere ser, al mismo tiempo, ella misma y ser reflejo y encarnación de algo superior, o más íntimo, o más provocador? Todas estas preguntas van siendo abordadas progresivamente en el libro, partiendo de experiencias personales comunes, como aprender a leer y descubrir —con un cierto eros, con un cierto enamoramiento— el maravilloso mundo de las palabras.
Este libro lo comprenderán bien amantes del diálogo y de la lectura, de la búsqueda de la cercanía en la conversación y de la hondura que da ser capaz de comprender lo que hombres y mujeres de todos los siglos han querido dejar tras de sí en sus letras, con sus intentos por vivir no solo bajo la materialidad de un presente que domine todo. Comenzamos por Sócrates y su daimon, se pasa al comentario de texto de Aristóteles en su famoso tratado “De anima” y cerrando ese capítulo con la apertura a la recuperación de lo simbólico en los finales de la modernidad.
Con Anne Carson pasamos a la escritura más específicamente y al hueco que la persona debe hacer en sí misma para acoger la conversación, por así decir, que mantiene la humanidad completa en todos los siglos. En Lacan, que en uno de sus seminarios publicados aborda específicamente “la voz”, y Cixous trabaja la alteridad presente en toda voz, hasta el punto de mostrar cómo nuestra voz no es solo nuestra, llega de otros y va hacia otros. Y en los últimos capítulos densos, más filosóficos si cabe, aparece un coro enorme de referencias que se abren a una alteridad mayor, al mismo tiempo encarnada, con cuerpo, con rugosidad. Un libro que disfrutará, sin duda, todo amante de las palabras. Como he dicho al principio, se nota que Anne Pagés ha querido escribirlo no destruyendo la complejidad de su propia búsqueda diseccionando y dando muerte a la humanidad propia de la voz. El lector tendrá que escuchar y decir algo a medida que se adentra en él.
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