Javier Melloni: Éxodo y éxtasis en Ignacio de Loyola. Por José García de Castro

Melloni, Javier: Éxodo y éxtasis en Ignacio de Loyola. Una aproximación a su Autobiografía. Sal Terrae, Santander, 2020. 175 páginas. Comentario realizado por José García de Castro.

Tanto por su docencia, participación en congresos o seminarios como por sus numerosas publicaciones, Javier Melloni es autor conocido en el ámbito de la espiritualidad, la fenomenología de la religión, de la mística y del diálogo interreligioso. En su dedicación al estudio y la praxis de la espiritualidad destaca su pasión por los temas ignacianos. Su Mistagogía de los Ejercicios Espirituales (Santander, 2001) fue uno de los primeros pasos de una carrera ya muy fecunda dedicada a explorar fiel y creativamente la herencia del santo de Loyola. 

Aunque el texto conocido como Autobiografía ha sido traducido y editado en numerosas lenguas son escasos (muy escasos) los estudios o comentarios dedicados monográficamente a este inspirador y enigmático texto ignaciano. Queda todavía mucho por conocer y explorar de esta breve obra de 101 párrafos que Ignacio fue comunicando a sus compañeros en la última etapa de su vida (1553-1555). Tras numerosos años de lectura detenida, charlas y clases sobre el proceso interior de Ignacio de Loyola, Melloni nos ofrece estas 175 páginas que ha calificado de “aproximación”. ¿Cómo se aproxima Melloni al “relato ignaciano”? 

Tras una breve introducción (pp. 7-15) en la que explica por qué y cómo se escribió, el autor divide la Autobiografía en 18 breves capítulos de entre ocho y doce páginas siguiendo el itinerario geográfico y cronológico del peregrino, desde los “Orígenes” (infancia y ambiente de Íñigo en su Azpeitia natal) hasta “Roma (III). Término del peregrinaje”. El autor destaca las etapas de París y de Roma a las que dedica tres capítulos a cada una, en total 24 y 30 páginas, respectivamente.

En este sentido, la estructura del libro no resulta original, pues viene dada por la misma vida de Ignacio. ¿Una vida más? García-Villoslada, Tellechea Idígoras, Rodríguez Olaizola o García Hernán (entre otros muchos) ya se habían ocupado con pasión y rigor de reconstruir los pasos del peregrino del siglo XVI. ¿Cuál es la novedad de esta “aproximación” que Melloni nos ofrece? 

Lo novedoso reside en dos conceptos: perspectiva y pretensión. “Éxodo y éxtasis” no pretende reconstruir una vez más la vida de Ignacio, ni comentar espiritualmente sus experiencias interiores. Sin decirlo, Javier Melloni pretende “reflectir para sacar provecho” en el siglo XXI, de las experiencias de Ignacio en el siglo XVI. Para ello, va entretejiendo los hilos de la historia y de la mistagogía para integrar los dos tiempos (el pasado y el presente) en la experiencia del lector. La Autobiografía se convierte así en un “texto - prisma” que al ser atravesado por la luz de las diferentes perspectivas se refracta espontáneamente ofreciendo toda una novedosa riqueza cromático-espiritual. Esta es, a mi modo de ver, la originalidad de este texto. 

La nueva “luz” que Melloni proyecta sobre el anciano texto de la Autobiografía procede de lo que podemos llamar el “método de la refracción” que afecta tanto a las disciplinas como a las fuentes que maneja. Las primeras son diversas: Historia, Sociología, Lingüística, Psicología, Antropología, Espiritualidad y Mística; en las fuentes encontramos a muy diversos contertulios: maestros de nuestra tradición cristiana (San Benito, Tauler, Ramón Llull, Evagrio, Ignacio de Antioquía, Juan de la Cruz, Erasmo, Cisneros) dialogan con filósofos o poetas de otras corrientes (Rilke, Grum, Confucio, Gandhi, Corbin) dando paso de manera muy pedagógica a los compañeros que conocieron a Ignacio y que algo, o mucho, tienen que decirnos sobre la vida del peregrino: Polanco, Laínez, Fabro, Nadal, Borja, Cámara, Javier, Simón Rodrigues. 

Suavemente conducido por la experiencia de Ignacio, el lúcido lector se habrá dado cuenta de que el “éxodo” y el “éxtasis” que abren el libro se van convirtiendo poco a poco en dos propuestas de experiencia para abrir su propia vida. 

Toda la riqueza del saber de Melloni acumulada tras muchos años de lecturas, contemplación y silenciosa oración se proyecta ahora sobre el prisma de la Autobiografía con una pretensión: “sentir y gustar” de la experiencia de Ignacio para discurrir por la suya propia por donde el Espíritu le “offresciere”.