miércoles, 6 de marzo de 2024

Martín Gelabert: La astuta serpiente. Por Enrique Sanz Giménez-Rico

Gelabert, Martín: La astuta serpiente. Origen y transmisión del pecado. Verbo Divino, Estella, 2008. 160 páginas. Comentario realizado por Enrique Sanz Giménez-Rico.

Destacado y reconocido teólogo, doctor de prestigio. Así presenta la solapa de este libro a Martín Gelabert. Se trata de un nuevo libro sobre un viejo pero perenne tema teológico (el pecado original), escrito, según afirma el propio autor, «para su propio placer y para ofrecer una explicación del pecado original que resulte creíble para nuestros contemporáneos» (pp. 16-17). 

Coherente con dicha finalidad es el desarrollo de la obra, estructurada en ocho capítulos que están muy relacionados entre sí. 

Los cuatro primeros preparan al lector para leer con especial interés los centrales y principales: el quinto, sexto y séptimo. Ya en el segundo aparece un Leitmotiv del libro: el pecado, que es contrario a la fe, tiene que ver con la relación del ser humano con Dios (pp. 22-23). En los dos siguientes, el autor presenta con concisión otras referencias teológicas de interés, que guardan estrecha relación con el tema principal de esta obra (justificación, diferencia entre pecado original originante y originado), y también un recorrido por sus principales interpretaciones: San Agustín, Concilio de Trento, Pío XII, Concilio Vaticano II, etc. Junto a ello incluye unas páginas en las que se ocupa del tema de la libertad del ser humano (57ss): «si la libertad está condicionada, no está necesariamente determinada... En última instancia, la libertad sólo se explica por ella misma». 

El capítulo 5 –el más extenso del libro, junto con el 7– ofrece una lectura teológica de los textos bíblicos que tratan del pecado original, especialmente Gn 3 y Rm 5,12. Además de explicar con brevedad y acierto este último y siempre controvertido versículo, el autor afirma, en relación con Gn 3, que «el mal no tiene su origen en Dios, sino en la acción libre y voluntaria del ser humano», y que «el pecado no es una realidad necesaria, sino contingente, no es efecto de una naturaleza mal hecha, sino de una libertad mal enfocada» (p. 76). 

La teología del pecado original (originante y originado) es tratada en el capítulo 7. En él se afirma que la gravedad del pecado de Adán está en la ruptura con Dios (p. 118), se explica el dogma eclesial (pp. 123ss) y se afirma «que Adán fracasó en la tarea de mediar la gracia divina, y quien peca deja de cooperar en la mediación de gracia que el Redentor suscita en las criaturas e influye, para mal, en los demás por esa falta de cooperación» (pp. 132-133). 

Entre ambos se encuentra el capítulo 6, que desarrolla el tema de la desobediencia de Adán y la obediencia de Jesús. Más en particular, el de la obediencia de Jesús por la fe, tan presente en importantes textos neotestamentarios: Rm 5,17ss, Carta a los Hebreos... Su brevedad no impide recordar al lector la importancia que se concede en numerosas páginas de esta obra a Jesucristo: «Cristo ilumina el misterio del ser humano... La configuración con Cristo es la vocación última y definitiva de todo hombre» (p. 32); «Cristo no es sólo ni principalmente un modelo del buen obrar humano, sino el lugar del obrar de Dios... Desde la gracia de Cristo aparece la posibilidad de la victoria» (p. 96). Una importancia puesta especialmente de relieve por incluir un capítulo, el último, dedicado a la necesidad de Cristo para la divinización humana y señalar en él que «no es propiamente la encarnación, sino más bien la cruz y resurrección de Cristo, lo que tiene una directa relación con el pecado» (p. 156). 

De no difícil y sí muy aconsejable lectura es este libro del dominico Gelabert, profesor en la Facultad de Teología de Valencia, especialmente para todas las personas que quieran encontrar claridad y sabiduría en relación con el no fácil tema del pecado original. A los aspectos de valor anteriormente señalados, reflejados sobre todo en las referencias a su contenido, habría que añadir otras más: buena síntesis de lo que, a lo largo de la historia, se ha dicho sobre el pecado original; pocas y oportunas notas a pie de página, con bibliografía de interés y actualizada; breves y adecuadas definiciones de términos teológicos relacionados con el pecado original; buen estudio de los diversos textos bíblicos, principalmente del Nuevo Testamento, en torno al tema central del libro.ç


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