Rambla, Josep M.: Moverse por el amor. Ignacio de Loyola, su carisma y su legado. Mensajero-Sal Terrae-UPCo, Bilbao-Santander-Madrid, 2022. 383 páginas. Col. Manresa 85. Comentario realizado por Javier Melloni.
Como se ha hecho con otros referentes contemporáneos, el equipo editor de la Colección Manresa pensó que había que recoger el magisterio ignaciano de uno de los jesuitas en lengua española que más ha marcado la renovación de la espiritualidad ignaciana tras el Concilio Vaticano. El magisterio de Josep M.ª Rambla, impartido durante más de cincuenta años, estaba disperso en diferentes publicaciones y convenía reunirlo en un solo volumen. Gracias a su participación, la presente publicación reúne sus artículos más relevantes. Él mismo los ha distribuido en cuatro apartados: Ignacio, los Ejercicios, el carisma ignaciano (en su concreción institucional) y la espiritualidad ignaciana entendida como un modo de estar en el mundo.
Las palabras recurrentes que aparecen a lo largo de la obra dan una pista de las claves hermenéuticas del autor. Las podemos agrupar en varias constelaciones: la mistagógica (cristagogía, pedagogía, discernimiento personal y comunitario, dejarse guiar por el Espíritu, la conversación espiritual, ayudar); la teológica (abajamiento, sensus Christi, iniciativa divina, cooperación de las criaturas, todo); la jesuítica (peregrino, Mínima Compañía, magis, cuerpo apostólico); la eclesiológica (fidelidad del Espíritu en la Iglesia, reforma, comunidad cristiana); la antropológica (experiencia, gradualidad, memoria, afecto, amistad, cotidianidad) y la sociológica (pobres, pobreza, justicia, solidaridad). Cada una de estas palabras está preñada de experiencia y de vivencias personales del autor.
Josep M.ª Rambla ha tomado el relevo de la tradición de estudiosos ignacianos de la antigua Provincia Tarraconense. Podríamos remontarnos hasta Pedro Ferrusola (1705-1771), Jaume Nonell (1884-1922), Arturo Codina (1867-1941), Ignasi Casanovas (1872-1936), Josep Calveras (1890 1964) y Miquel Batllori (1909-2003). Conocía perfectamente las obras de todos estos autores. Pero no solo hay referentes ignacianistas locales, sino también un amplio espectro de autores universales, antiguos, modernos y contemporáneos del campo de la espiritualidad y de la teología. Karl Rahner, Eric Przywara y Teilhard de Chardin son, entre otros, nombres que aparecen con frecuencia en el libro. Todo ello combinado con un gran conocimiento de la bibliografía ignaciana, Además de haber sido un gran lector, Josep M.ª Rambla también ha sido un riguroso y espléndido escritor, tal como queda reflejado en estas páginas.
Todavía hay que decir algo más sobre el autor. A lo largo de los años ha sostenido dos fidelidades representadas por dos lugares: Manresa y Cornellà, un municipio obrero suburbial de Barcelona. Son sus dos locii theologici, uno ad intra y el otro ad extra; sus dos lugares no solo teológicos, como dijera Melchor Cano, sino teologales. Porque no se trata tanto de hablar sobre Dios cuanto desde Dios y desde ese lugar en el que Dios se manifiesta de un modo particular. No es fácil encontrar a alguien que sostenga una inquebrantable fidelidad a una causa (la espiritualidad entre los pobres) y que, a la vez, tenga un gran respeto y empatía por otros campos que no sean el propio, entendiendo que el carisma ignaciano abraza la totalidad de la realidad. Tal ha sido la cualidad humana y espiritual de Josep Rambla.
En verdad podemos decir que cada uno de los capítulos es un retazo de su propia vida, aunque no haga mención explícita en ningún momento de sí mismo. Sin hablar nunca de él, habla en todo momento sobre él. Y es que, en verdad, todo lo que escribimos, incluso la teología más abstracta, está escrita e inscrita en primera persona.
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