García Muñoz, Florencio: Benedicta de la Cruz. Edith Stein, signo de contradicción. San Pablo, Madrid, 2007. 352 páginas. Comentario realizado por Inmaculada Plaza García.
Son muchas las monografías que han aparecido en estos últimos tiempos sobre Edith Stein, mujer adelantada a su tiempo, filósofa de prestigio, pedagoga, profesora, conferenciante, enfermera..., conversa del judaísmo, monja carmelita y mártir en Auschwitz. Ella se ha convertido en una figura sumamente atrayente no sólo para los cristianos, sino para todo hombre y mujer que, además de vivir, buscan dar un sentido profundo a su existencia.
La obra que hoy presentamos es una biografía escrita por Florentino García, sacerdote diocesano de Ávila. En esta bonita ciudad inició su formación, pasando después por Salamanca y Friburgo (Suiza). Su actividad pastoral la ha desarrollado principalmente en el campo del matrimonio y la familia, temas sobre los que ha publicado varias obras.
Y aunque no parece ser esta su especialidad, el autor abulense nos ofrece en este libro una biografía accesible y bien documentada, que conjuga la teología, la vida y la espiritualidad de Edith Stein. Nos acerca también a esta mujer del siglo XX, judía de raza y católica por su fe, que caminó siempre en busca de la Verdad y acabó entregando su vida en holocausto por una doble causa: por su ascendencia judía y por su valentía cristiana. Camino del campo de concentración, la santa dice a su hermana: «Ven, vamos a inmolarnos por nuestro pueblo». Edith vivió sin contradicción su sentimiento de hija de Israel, que nunca abandonó, y la fe en el Dios encarnado, sufriente, clavado en la Cruz. «Bajo la Cruz comprendí el destino del pueblo de Dios, que ya entonces comenzó a preanunciarse. Pensé que quienes comprendieran que esto era la Cruz de Cristo deberían tomarla sobre sí en nombre de todos».
Estamos ante una obra sencilla y fácil de leer que, a lo largo de sus 44 pequeños capítulos, nos ofrece el semblante y la trayectoria sorprendentemente heroica de esta mujer, llena de pasión por conocer la verdad. El libro comienza con una cronología de Edith que nos ayuda a contextualizar tanto los hechos como su pensamiento. Cada afirmación va respaldada por textos de la protagonista. Esto nos va acercando no sólo a los hechos que le acontecieron, sino al modo en que ella los fue viviendo, asumiendo... y dejándose transformar por ellos.
Nuestro autor ha incluido también una serie de fotografías que recorren la vida de Edith, desde su infancia hasta los últimos días en el Carmelo de Echt (Holanda). Estas últimas nos desvelan un rostro preocupado y confiado a la vez. Alguien ha dicho: «Hoy nadie sabe dónde están las cenizas de Edith. Pero la profundidad de su mirada sigue hechizándonos».
El libro se cierra con un largo capítulo donde nos presenta la amplia y variada obra «steiniana», tanto literaria como filosófica y teológica. También nos ofrece una recopilación de los estudios realizados sobre Edith Stein en español hasta hoy. Y acaba presentando las biografías que han aparecido en castellano sobre nuestra patrona europea, hasta el 2005 inclusive. Su rico legado intelectual y su riqueza personal nos abren la puerta para conocer cómo una persona no se contenta con encontrar a Dios por la fe, sino que es capaz de llegar a Él también con la razón.
Esta es la verdad de santa Teresa Benedicta de la Cruz. Ojalá que estas páginas sencillas, pero llenas de afecto hacia Edith Stein, sean una luz que ilumine el futuro de tantos hombres y mujeres, culturas y pueblos que, como ella, buscan y siempre buscarán la auténtica Verdad: la de Cristo. El mundo actual necesita testimonios coherentes y próximos a la vida cotidiana. Edith Stein, mujer con una formación integral en los campos del saber y del espíritu, nos muestra que es posible llegar al conocimiento de la verdad desde un estilo de vida sencillo y desde la coherencia entre el pensar y el actuar.
Abrámonos al mensaje que ella nos dirige como mujer del espíritu y de la ciencia. Como ha dicho el cardenal Joseph Höffner, con ocasión de su beatificación: «Edith Stein es un regalo de Dios, una llamada y una promesa para nuestra época, para cada uno de nosotros».
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