Grün, Anselm: La salud. Vivir en cuerpo y alma. Sal Terrae, Santander, 2012. 134 páginas. Comentario realizado por Marta Sánchez.
La salud es siempre una tarea espiritual. El cuerpo es templo del Espíritu Santo. Grün, uno de los autores católicos más populares, reflexiona acerca de cómo el encuentro con Cristo da más alegría en la vida. Según la tradición cristiana, es necesario vivir en armonía de cuerpo y alma. Él explica en trece pautas la receta para conseguir una vida más sencilla y feliz. Algunas pautas son: Resérvate un espacio para respirar; La enfermedad; ¡Escucha a tu cuerpo!; ¡Atiende a las emociones!; La sexualidad, fuerza vital integrada; Transforma tu angustia; etcétera.
Según algunos psicólogos, la enfermedad de nuestro tiempo es la falta de relaciones. Sin relaciones el hombre se siente muerto. El ser humano está sano cuando la vida fluye. La persona saludable es aquella que trabaja y ama. Lo primero es tener un buen equilibrio con uno mismo, vivir en cuerpo y alma. Saber interpretar las señales del cuerpo. Los momentos de enfermedad son pausas para reconocer los límites personales.
Encontrar el camino hacia lo esencial, aprender dónde está el verdadero fundamento de la vida. La espiritualidad cristiana es siempre terapéutica. El creyente enfermo se siente en las manos de Dios. Por eso, todo cristiano debe ser amigo de uno mismo. Reconocer las señales que Dios le da por medio de su cuerpo. Cuando llega el agotamiento y el cansancio es tiempo para recomponer el desgarramiento interior. Y la enfermedad es un espacio privilegiado para presentar a Dios los problemas. El Espíritu de Dios abrirá nuevos caminos. La cuestión es saber cuándo necesitamos el aliento de Dios. Un medio para conseguir un buen equilibrio es meditar con la respiración. El poeta persa Rumi escribió: «el aliento es el perfume de Dios». Al enviar a sus discípulos, Jesús dijo: «Id y anunciad que el reino de Dios está cerca. Sanad enfermos...» (Mt 10,7-8). Dios no impone cargas ilimitadas al hombre; se necesita humildad para conocer las indicaciones del cuerpo.
En síntesis, este es un libro recomendable para todos. De forma clara y concisa se enseña a ser feliz y el modo de hacer pausas en la vida cotidiana (hay ejercicios prácticos para ayudar a descargar el estrés). Cambiar ritmos de vida para descubrir la paz que brota de la fuerza interior, donde Dios habita en cada uno.
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