Davide, Hermano Michael: No perfectos pero sí felices. Una profecía sostenible de la vida consagrada. EDE, Madrid, 2016. 181 páginas. Traducción de M. M. Leonetti. Comentario realizado por Iván Pérez del Río.
En este libro, el hermano benedictino Michael Davide hace una reflexión sugerente y actual acerca de la situación de la Vida Consagrada. Aunque el autor lleva 34 años como monje en el monasterio de Germano, su visión de la vida religiosa (apostólica, no sólo contemplativa) es profunda y amplia.
En la base de su análisis está la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del papa Francisco y la conversación de los Superiores Generales que tuvo lugar a finales de noviembre de 2013.
Desde sus inicios, la vida consagrada se ha caracterizado en la Iglesia por su fuerte dimensión profética, por ser aguijón incómodo pero a la vez saludable para la comunidad eclesial. Bajo el punto de vista del hermano Michael, la vida consagrada ha ido perdiendo ese carácter, hasta convertirse en algo poco relevante. Factores como la excesiva institucionalización, el descenso de vocaciones pero no de obras, el activismo, el mantener estructuras de otras épocas en una cultura y sociedad cambiantes, pueden ser algunos elementos que han podido provocar que lo esencial de la vida religiosa se haya ido diluyendo.
Para el autor el cambio no pasa sólo por la reforma de las diferentes curias o del IOR o una refundación de las congregaciones e institutos religiosos. En el libro defiende que "hoy ya no nos sirve reformar la vida consagrada sino más bien formatearla de nuevo, usando el lenguaje informático". Un formateo que conduzca a una disponibilidad plena al servicio del testimonio gratuito a Dios y a los hermanos, a una conversión que lleve a un salir de la propia comodidad, a una aceptación sosegada de la propia limitación, pecado, debilidad y fracaso, a un vivir “hasta el fondo sin depender del resultado”, a una vida comunitaria fundada en la comunión.
En esta época en la que parece que la vida consagrada atraviesa un momento de renovación, el libro de Michael Davide puede aportar luz y esperanza, abre el camino a nuevos profetas, a nuevos religiosos y religiosas que no se identifiquen con el sentir inmediato, con las sensaciones y percepciones “de moda”, sino que, estén arraigados firmemente en una escucha humilde de lo que les ha precedido, pero lanzados a la vez hacia adelante, preparando, en palabras del hermano Michael, “los caminos al futuro de Dios, que busca hacerse acoger por la historia para poder transformarla”.
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