García de Cortázar, Fernando: Viaje al corazón de España. Arzalia Ediciones, Madrid, 2018. 912 páginas. Comentario realizado por Manuel Revuelta González (Universidad Pontificia Comillas).
El libro que ahora reseñamos, Viaje al corazón de España, sigue las mismas pautas, desde la perspectiva del viaje por todas las regiones de España. El libro no es una mera guía de viajes por España, a la manera de un “cicerone” que relata de manera artificiosa los diversos lugares. Es una descripción de las distintas parcelas de España, contada sin complejos, sin derrotismos ni simplificaciones regionalistas. Al igual que en todos sus libros, muestra el autor un profundo amor a España, mostrando el orgullo de pertenecer a una hermosa y áspera nación. En el mismo prólogo nos confiesa el autor que ha escrito un “autorretrato sentimental y un canto de amor a España en un momento de desaliento colectivo” (p. 15). La visión del paisaje de tantos pueblos y ciudades se describe con un estilo brillante y se ameniza con la historia y las costumbres. En solo el año 2018 el libro ha alcanzado tres ediciones, a las que seguirán otras. Entre los alicientes del libro hay que señalar la visión positiva de todas las regiones sin excepción y la frescura con que han sido descritas, de manera directa.
El recorrido se hace por regiones, empezando por el sur (Andalucía) y siguiendo por Extremadura, Madrid y Castilla-La Mancha, para seguir por las regiones del norte (Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Rioja) y las regiones del este (Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia), las islas Baleares y Canarias, para acabar con Ceuta y Melilla. Al principio se ofrece un mapa completo de España, con los monumentos destacados de cada provincia. Dentro de cada región se describen las provincias que las integran, sin seguir el orden alfabético, precedidas por una página que ofrece los alicientes de la provincia: visitas obligadas, personaje ilustre que las representa, un lugar para perderse, una excusión, un pueblo singular, una delicia gastronómica, un dulce, un alojamiento recomendado. De este modo, los lugares visitados o descritos contienen un sello muy personal. Los dibujos a plumilla de paisajes o monumentos ayudan a recrear las descripciones. Llama la atención el tono positivo y personal con que son descritas todas las regiones, combinando acertadamente los pueblos con encanto, el paisaje, las bellezas artísticas y arquitectónicas, la historia y las anécdotas. “El visitante”, como se describe a sí mismo el autor, menciona las ocasiones en las que se hizo presente a los distintos pueblos y lugares, con ocasión de celebraciones litúrgicas (más de 500 bodas), visitas con sus padres a Andalucía, actos académicos, invitaciones personales.
Esta visión positiva alcanza especialmente a los lugares en los que se forjó la formación del autor, que valora especialmente, el paisaje castellano de las llanuras de la Tierra de Campos, y la Salamanca universitaria. He aquí dos muestras del estilo del libro. De la Tierra de Campos dice: “La visión, en efecto, es inolvidable. El viajero, que ha vivido tres años en Tierra de Campos, tiene la apabullante sensación de que la llanada inmensa, calcinada y amarilla no acaba nunca. El cielo, por el que vuelan escuadrillas de cuervos y ralos bandos de torcaces, es inmenso –muy cierto– y ofrece la imagen más perfecta de la ‘espaciosa y triste España’ cuya belleza cantó Fray Luis de León” (p. 406).
De Salamanca guarda especial recuerdo de sus maestros Miguel Artola y Fernando Lázaro Carreter. “La preocupación del viajero por el lenguaje, el cuidado por la forma y la expresión que cruza su trabajo de historiador arrancan de aquellos años. Salamanca es, pues, la patria universitaria del viajero, y, por tanto, no es fácil que pueda hablar de ella con objetividad” (p. 416).
Los comentarios sobre su admirada Cataluña reflejan su crisis política actual. “Pero hoy, más que la sombra alargada de Barcelona, lo que oculta la realidad múltiple y bellísima de Cataluña, tergiversando la historia y amenazando el futuro, poniéndolo todo en vilo, es el imperioso y excluyente proyecto político del independentismo, que en su obcecado afán de separarse de la nación de la que forma parte recuerda el paso de los fanáticos del Volksgeist alemán” (p. 707).
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