miércoles, 23 de octubre de 2024

Pedro de Ribadeneira: Confesiones. Por Manuel García Bonasa

Ribadeneira, Pedro de: Confesiones. Autobiografía documentada. Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander, 2009. 288 páginas. Edición y selección de documentos por Miguel Lop Sebastiá. Comentario realizado por Manuel García Bonasa.

El jesuita Pedro de Ribadeneira es considerado por muchos conocedores y estudiosos del castellano un «clásico», por las obras que escribió a caballo entre los siglos XVI y XVII. Manejó como pocos en su tiempo el lenguaje, la retórica, el arte de la convicción y la escritura dentro de los cánones y géneros literarios del momento. Fue un hombre conocido y apreciado como escritor en su época. El libro que nos ocupa es Confesiones. Autobiografía documentada de dicho autor, en una edición y selección de documentos preparada por el jesuita catalán Miguel Lop.

Este nuevo libro de la colección «Manresa», que hace el número 41, nos acerca a la persona y al jesuita que fue Pedro de Ribadeneira. El volumen se divide en dos partes. La primera está dedicada a narrar su vida. A modo de autobiografía, el autor va repasando lo que ha sido su existencia, insistiendo y subrayando aquellos aspectos fundamentales, de los que va haciendo una lectura sapiencial, como historia personal de salvación, desde el reconocimiento generoso de la Providencia divina. Le importan los datos y la cronología, pero leídos desde el amor misericordioso de un Dios que nunca lo ha abandonado a su suerte, como varias veces afirma en estos textos. En esta primera parte del libro también se añaden aportaciones complementarias del Hermano Cristóbal Pérez, que lo acompañó y le ayudó a lo largo de sus últimos treinta y tres años de vida. Las mismas, aparte de señalar algunos datos nuevos sobre la vida del P. Ribadeneira, ponen de manifiesto la devoción enorme que él mismo sentía hacia nuestro autor. En esta primera parte, en un estilo propio y dentro de los cánones de la época, con el género literario que caracterizaba a los autores del momento, se va perfilando el hombre, el religioso, pero de manera especial el hombre próximo y cercano, el amigo, el confidente de Ignacio de Lo yola en los últimos años de vida.

La segunda parte del libro contiene obras y escritos diversos del autor. Comienza con los denominados «documentos complementarios», donde encontramos el texto de sus primeros votos en Roma, junto a tres cartas dirigidas a algunos personajes con los que se relacionó en su vida, tanto dentro como fuera de la Congregación religiosa. Continúa con la obra escrita en defensa de la Compañía de Jesús ante los ataques que sufría por parte de algunos religiosos y políticos de la corte española. Le sigue un trabajo sobre la cuestión de admitir o no a «cristianos nuevos», es decir, a hijos de conversos, a la propia Compañía. Aquí aparece el Ribadeneira de talante abierto y poco rigorista, que él vincula a su experiencia de Ignacio, frente al purismo que algunos otros compañeros jesuitas, influenciados por el ambiente religioso del momento, defendían. Tras de lo cual sigue un bonito escrito en defensa y promoción de la canonización de San Ignacio. Acto que, por cierto, él no llegaría a contemplar, pues murió antes. Concluye con diversos documentos aglutinados en torno al título «Sobre la vida del Padre Ignacio», donde nuevamente nos presenta la riqueza que tiene para la vida de la Compañía de Jesús, en sus diversas dimensiones, la personalidad carismática de su fundador. Junto a todo lo anterior, completa el libro una cronología, una enumeración de las obras de Ribadeneira y una bibliografía sobre su vida.

Las Confesiones. Autobiografía documentada ofrecen en su conjunto un acercamiento a los primeros años de vida de la Compañía de Jesús a través de un testigo privilegiado de aquel momento, como lo fue el P. Pedro de Ribadeneira. Fue privilegiado porque conoció de cerca a muchos de aquellos jesuitas que fueron estructurando y configurando la Orden en sus primeros años de andadura. Por citar tan solo algunos: vivió junto a Ignacio de Loyola en los últimos años de su vida; trabajó junto a Diego Laínez y Francisco de Borja, sucesores del Padre Ignacio. Pero también fue testigo cualificado por las diversas responsabilidades que tuvo en la Orden: Superior, Provincial, miembro de varias Congregaciones Generales, etc. Información, datos, experiencias que dejan su impronta en el libro, contados e interpretados a través de los avatares y los acontecimientos de la densa vida de Pedro de Ribadeneira. Eso hace a la obra más cercana, de fácil lectura. Estableciendo una mayor complicidad entre el autor y el lector, desde esa perspectiva propia y personal desde la cual se aborda lo que se narra. Pero también, evidentemente, le da un aire de mayor parcialidad y de menor rigor en algunos de los hechos que se cuentan.

De una manera más indirecta, estas «Confesiones» nos facilitan trazos e impresiones sobre la realidad política, social y religiosa de los años en que vivió Ribadeneira, tanto española como europea. Nuestro autor fue un excelente conocedor de la sociedad de su tiempo. La primera parte de su vida como jesuita se desarrolló en territorios italianos, aunque las diferentes misiones que le encomendó la Compañía de Jesús le llevaron a recorrer, frecuentemente a pie, diversos países europeos. Mientras que la segunda parte de su vida se desarrolla en las ciudades de Toledo y Madrid, ambas significativas e importantes para la vida de la Corona española de aquellos tiempos. La dedicación fundamental de nuestro autor en ellas fue la de escribir. Y como escritor y jesuita mantuvo relación y correspondencia con importantes personalidades políticas, religiosas y sociales del momento. Y tuvo que abordar cuestiones sumamente relevantes para la propia Compañía, como la apología que de ella tuvo que hacer ante el mismo Rey Felipe II o la defensa de la entrada en la Compañía de «cristianos nuevos» (descendientes de convertidos) que pedían su admisión, ante posturas intransigentes y rigoristas que se daban en el seno de la Iglesia y de los propios jesuitas. De todo ello, ciertamente, da un buen testimonio la parte segunda del libro.

Resumiendo. Nos encontramos ante una obra pensada, cuidada e interesante, que ayuda al lector, tanto experto como profano, a acercarse y comprender suficientemente la vida y la persona de Pedro de Ribadeneira, al mismo tiempo que el contexto social y religioso que le tocó vivir al autor. Libro ameno, de fácil lectura para cualquier tipo de lector. Hay que felicitar al P. Miguel Lop Sebastiá por la edición y selección de documentos que el libro nos ofrece. Mereció la pena el trabajo y el esfuerzo.


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