viernes, 18 de octubre de 2024

Juan Martín Velasco: Orar para vivir. Por Mª Ángeles Gómez-Limón

Martín Velasco, Juan: Orar para vivir. Invitación a la práctica de la oración. PPC, Madrid, 2008. 288 páginas. Comentario realizado por Mª Ángeles Gómez-Limón.

Cuando un autor como Juan Martín Velasco, de todos conocido y reconocido, nos ofrece un libro sobre oración, podemos tener la seguridad de que nos acercamos a «tierra sagrada». Y así es. Como se dice en la misma presentación de la obra (p. 5), «este pequeño libro toma su título de otro, muy hermoso, escrito en francés por René Voillaume. En él se reitera la invitación hecha por el autor de estas hermosas páginas, hace ya casi veinte años, en otro librito que este viene a reemplazar. Ahora se invita más precisamente a “la práctica de la oración”, como dice el subtítulo. No pocas cosas han cambiado desde el comienzo de los años noventa del siglo pasado [...]. Pero sigue plenamente vigente, sentida tal vez con más urgencia por las comunidades cristianas, la necesidad de la oración», puesto que «orar es para el ser humano, antes que nada –obligación, exigencia o recurso–, una verdadera necesidad. Una necesidad que surge de lo más profundo de nosotros mismos, de nuestro corazón. Habitados –tomemos o no conciencia de ello, queramos o no reconocerlo– por un Misterio que es mayor que nosotros mismos, que nos precede y nos atrae como una fuerza de gravedad hacia lo alto, es natural que todas las dimensiones de nuestro ser humano –la razón, la palabra, el deseo, la misma corporalidad– transparenten esa Presencia y tiendan, de suyo, a servir de cauce para hacerla efectiva». 

Fenomenólogo, teólogo, pastor y, ante todo, hombre de fe, Martín Velasco, a través de la reedición y entera remodelación de una obra precedente, nos ofrece un tratamiento interdisciplinar –sin pretensión de exhaustividad ni de erigirse en tratado al uso– del tema de la oración. Reflexión teórica y praxis, iluminación y recursos pastorales se unen armónicamente en esta Invitación a la práctica de la oración; una invitación que no es simplemente el esfuerzo por «convencer» de la importancia de la relación personal con Dios en la vida concreta de los creyentes, sino, más aún, una herramienta en el desbroce del camino. Para ello, según explica el mismo Martín Velasco, «este pequeño libro ofrece materiales de diferente naturaleza: una consideración teórica introductoria, descripción de diferentes formas de oración, reflexiones sobre las disposiciones personales desde las que oramos, meditaciones a propósito de los tiempos litúrgicos y algunas oraciones concretas que ayuden a personas y grupos» (p. 7). 

Fiel a este objetivo, distribuye el desarrollo de su «invitación» en distintos bloques temáticos. La primera parte, Hacia una fenomenología de la oración, aborda temas relacionados con Palabra y silencio en la oración desde una perspectiva en que la preponderancia filosófica se impregna de verdadera sabiduría intelectual y espiritual, en esa síntesis peculiar que sólo nos ofrecen los auténticos maestros. La «fenomenología de la oración» aquí esbozada con rápidos pero completos trazos culmina en la presentación de «Jesucristo en la oración cristiana» y lo que lo explicita («la fe se realiza también por el amor»), cerrándose el apartado con una cuestión para el debate y la apertura de horizontes: «¿Pueden orar los que no creen?». Este epígrafe, además de poder servir de título para una obra entera, entrega una pregunta y una reflexión que nos invita a mirar a tantos hermanos y hermanas nuestros de otra manera y a encontrar espacios nuevos para el encuentro y el diálogo en profundidad sobre lo que afecta al corazón y a la vida de toda persona. Las notas al texto, en este bloque y en el conjunto de la obra, siendo pocas y breves, nos ofrecen simultáneamente una sugerente y variopinta bibliografía sobre la oración. 

La segunda parte, La oración y sus formas, aborda en las Disposiciones para orar y formas de oración aspectos elementales de toda práctica de la oración: conversión personal, tipos de oración (vocal, meditación, comunitaria, de petición...), frecuencia, la tan olvidada dimensión eclesial de la misma y el modo de estar presente la oración en las distintas formas de vida cristiana. A continuación, se indican algunas notas sobre las Situaciones de los orantes, en las que se describe hasta qué punto es cierto el lema que da título a la obra («orar para vivir»), desde las diversas situaciones físicas y psíquicas –todas– en las que puede y tiene que darse el encuentro personal con Dios y que apuntan en último término, más que a la misma praxis de la oración, a una vida hecha oración, esto es, relación constante con el Señor. De este modo, la muer te y la vida, la ciudad y el desencanto, la escucha y la búsqueda de sentido, este mundo nuestro con todo lo que es, con todo lo que nos supone, es el mejor espacio vital para la oración; el mejor, por ser ciertamente el único real, el único posible. Para cerrar esta segunda parte, el autor ofrece un elenco de Oraciones: María, la paz, Jueves Santo, la Cruz. 

La tercera y última parte de la obra recoge una serie de Reflexiones para la celebración de los tiempos litúrgicos. En ellas se combinan diferentes enfoques y géneros literarios. Tomadas en su conjunto, constituyen una inestimable ayuda para introducirse, desde dentro y como fruto del propio proceso de fe, en esa escuela de oración y de «estar con Jesús» y aprender de Él que es la liturgia, tanto en los llamados «tiempos fuertes» como en la oportunidad oculta y cotidiana que nos regala el «tiempo ordinario». 

Destinado a un público amplio y selecto a la vez, creemos que Orar para vivir resulta especialmente valioso para pastoralistas que quieran reflexionar sobre su praxis, para quienes buscan caminos de acceso a la oración propios del hombre y la mujer de hoy, para creyentes en diálogo con la cultura y las diferentes plataformas existenciales desde las que los humanos (no necesariamente creyentes) nos abrimos a la vida y su sentido. De lo mucho que podríamos continuar destacando en esta invitación a la oración, optamos por concluir esta presentación agradeciendo al autor esta obra, que se inserta, creemos, en esta etapa de plenitud que viene caracterizando el pensamiento del autor: más años, más sabiduría, más encarnación, más trascendencia: «sólo algunos pueden con ello». 


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