viernes, 20 de diciembre de 2024

Darío Mollá Llacer: Pedro Arrupe, carisma de Ignacio. Por Antonio Guillén

Mollá Llacer, Darío (ed.): Pedro Arrupe, carisma de Ignacio. Mensajero-Sal Terrae-UPCo, Bilbao-Santander-Madrid, 2015. 319 páginas. Colección “Manresa" 55. Comentario realizado por Antonio Guillén. 

La colección de libros “Manresa”, que desde hace ya 25 años viene cumpliendo con tanto acierto la encomiable tarea de difundir la espiritualidad ignaciana, carecía todavía de un volumen sobre la obra y el pensamiento escrito del P. Arrupe. El vacío resultaba mucho más desconcertante, porque hoy es opinión unánime –como dice José Antonio García en el prólogo de este libro–, que “la profundización en las fuentes ignacianas promovida por el P. Arrupe y sus colaboradores no tiene parangón en ningún otro período de la historia de la Compañía”. Felizmente, este vacío editorial ha quedado subsanado, muy bien subsanado, con este libro de Darío Mollá. 

Como expresa muy bien el autor, “éste no quiere ser un libro ‘sobre’ Arrupe, sino un libro ‘de’Arrupe”. Con acierto ha seleccionado Darío cinco grandes conferencias pronunciadas por el P. Arrupe durante los últimos años de su generalato, rescatándolas de una presencia editorial menos accesible hoy para el gran público. Las ha dotado además, a cada una, de una presentación y nuevas notas para contextualizarlas mejor, y de un esquema previo a su lectura para hacer ésta más provechosa. El orden de presentación de las cinco conferencias en este volumen no es el cronológico en que fueron pronunciadas, sino otro distinto, bien fundamentado en la introducción. Todo ha sido muy pensado y muy trabajado por Darío Mollá, y el resultado es francamente bueno. Por supuesto, la veneración del autor por la figura y la aportación del P. Arrupe en todas estas intervenciones aquí seleccionadas, se contagia también con facilidad al lector. 

Las cinco conferencias seleccionadas, presentadas y reproducidas en el presente volumen son éstas: la aportación de Arrupe en el Congreso sobre “Ejercicios y Constituciones”, celebrado en Loyola en 1974, bajo el título: La misión apostólica, clave del carisma ignaciano. Las cuatro últimas conferencias pronunciadas en el Centro de Espiritualidad Ignaciana de Roma y difundidas después, con interés y encarecimiento, a la Compañía universal (las tres últimas, sobre todo, con una relevancia muy especial, casi como un testamento espiritual de su generalato), que son éstas: Servir solo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra (1978), El modo nuestro de proceder (1979), Inspiración trinitaria del carisma ignaciano (1980) y Arraigados y cimentados en la caridad (1981). 

La figura y el pensamiento del P. Arrupe quedan claramente engrandecidos al releer estas excepcionales aportaciones suyas a la espiritualidad ignaciana, como parte selecta y significativa de “su aportación a la lectura fiel, actualizada, viva y sugerente del carisma ignaciano”, en palabras de Darío Mollá. En efecto, hoy, casi 40 años después de los horizontes iluminados por estas conferencias, olvidadas ya las muchas controversias que tuvo que padecer como buen pionero, el P. Arrupe recibe de la Compañía y de la Iglesia entera el reconocimiento de un magisterio profundamente espiritual y sólido. Hay que agradecer a la editorial y al editor la publicación de estos preciosos textos seleccionados que lo confirman. 


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