Rodríguez Olaizola, José María: Tú me salvas. Sal Terrae, Santander, 2010. 144 páginas. Comentario realizado por Mª Dolores López Guzmán.
No están los tiempos para vender poesía, y sin embargo parece que los discursos se están desgastando y que poco a poco se va abriendo camino el deseo de encontrar otros lenguajes para expresar las experiencias que conforman la existencia. Arquitectura, pintura, escultura, música... deben acompañar y complementar nuestra comunicación; la esponjan y aportan matices que de otro modo desaparecerían o quedarían escondidos. El ser humano se «seca» cuando reduce sus palabras a los razonamientos discursivos. Pero el problema de nuestra cultura es que ni siquiera acepta argumentos bien trabados, si no palabras sueltas, eslóganes, frases hechas, ideas de anuncio una y otra vez repetidas. Un momento delicado para la palabra. Por eso se agradece tanto encontrar obras como las de José María Rodríguez Olaizola, que le devuelven su riqueza y su valor.
No es habitual escribir himnos y cantos. Porque son exigentes. El lector no puede conformarse con escucharlos, sino que debe poner sus propios acentos, el ritmo, y la cadencia a la música interna. Pero justamente aquí radica uno de los atractivos de esta obra. El mismo autor reconoce que el libro que nos ofrece es un conjunto de plegarias nacidas al hilo de los acontecimientos de la vida, «que hablan de sueños y heridas, de anhelos y encuentros, de escucha y respuesta» (p. 11). El escritor ha puesto la letra a experiencias comunes; el lector está siendo invitado a escribir su partitura particular. Ocurre como con los salmos, de los que hemos heredado experiencias y palabras, pero que se hacen más vivos y los hacemos más nuestros cuando componemos la melodía (y más aún cuando la cantamos), algo que J.M. Rodríguez Olaizola sabe muy bien, pues las canciones ocupan un lugar importante en el conjunto de su obra pastoral. Muestra de ello es su participación en Esencia de todo (un CD con canciones inspiradas en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio) o en el equipo de Tomad Señor nuestro canto, que pone a disposición del público sus canciones en la página web de pastoral juvenil: www.pastoralsj.org. Esta necesidad de contar la vida «en clave de canto» está especialmente recogida en una de las últimas poesías del libro Tú me salvas titulada precisamente «Quiero cantar» y que responde y condensa claramente el espíritu del autor: «quiero cantar la vida que empieza... tararear las dudas... hacer una balada de justicia... que el perdón se cante como una rumba, y la esperanza se anuncie con tambor y trompeta...».
La variedad de situaciones que recogen estas plegarias están agrupadas en cinco bloques temáticos que hacen de hilo conductor de las diferentes oraciones y que van en progresión de una búsqueda que parte de lo humano hacia Dios: «Motivos para la esperanza», «La lucha nuestra de cada día», «La búsqueda de Dios», «Dios», y «Vida evangélica».
Una buena propuesta para compartir la experiencia de la vida y la búsqueda de Dios de otra manera.
Si quieres adquirir un ejemplar: https://gcloyola.com/p/salterrae/el-pozo-de-siquen/tu-me-salvas/
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