Hadjadj, Fabrice: A mí toda la gloria. Palabra, Madrid, 2020. 158 páginas. Traducción de Sonsoles Aramburu Carmona. Comentario realizado por Marta Medina Balguerías.
En el fondo –y no tan en el fondo– todos buscamos la gloria de una u otra forma: o tener gloria, o por lo menos “estar en la gloria”. En esta obrita Fabrice Hadjadj profundiza teológicamente en esta categoría y nuestro deseo de ella. Con su habitual estilo provocador, ameno, lleno de referencias de lo más variopintas y poco sistemático –aunque coherente– el teólogo francés nos ofrece algunas ideas sugerentes para repensar lo que la gloria es según el cristianismo y lo que es o puede ser para nosotros.
El libro está dividido en tres grandes capítulos precedidos por un prólogo. En el prólogo Hadjadj explica el porqué de la obra y concretamente de su título y hace una breve defensa de la búsqueda de gloria, manifestando sincero su deseo de ella.
El primer capítulo, titulado “¿Qué es la gloria? Acerca de mi deseo por alcanzarla y de su posible legitimidad”, aborda la idea de “gloria” que se desprende del cristianismo y que el autor pone en relación con el concepto de “humildad”. En su opinión, una mala comprensión de la humildad ha llevado a ensombrecer el legítimo deseo de gloria; gloria que, por otra parte, solo nos llega gracias a los demás y a través de ellos (de manera que, paradójicamente, remite a la humildad).
En el segundo capítulo, “Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Elogio del pavo real, de la coqueta y de la piedra”, Hadjadj trata sobre la gloria de cada ser como algo único y concreto, propio de él, y que va más allá del utilitarismo o la supervivencia, apuntando a la dimensión de don que tiene toda la creación. También pone de relieve que la gloria está unida con la cruz y que por eso toda gloria nos hace percibir la ausencia de ella: el mal, la corrupción, la carencia.
Finalmente, el capítulo tercero, “La gloria del resucitado. Volver hacia delante”, sigue de cerca la resurrección de Cristo para mostrar, a través de ella, la cotidianidad de la gloria y el dinamismo trinitario que subyace a ella (relacionada también, por cierto, con la lógica familiar).
En suma, una obra “típica Hadjadj”, pero no por ello menos interesante. Ameno y profundo a la vez, este autor siempre tiene la capacidad de sorprendernos y hacernos replantear nuestras ideas previas.
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