Bocos, Fermín: Algo va mal. Ediciones Destino, Barcelona, 2020. 336 páginas. Comentario realizado por Luis Ignacio Martín Montón.
El periodista y escritor Fermín Bocos nos presenta en su última obra una novela negra enmarcada en los “altos bajos fondos” de la España de 2003, protagonizada principalmente por políticos con mucho que ocultar, periodistas dispuestos a todo y empresarios de dudosa moral, que se inicia con el asesinato de uno de estos últimos. La dilatada experiencia de Bocos como periodista le facilita elaborar una trama y unos personajes que, sin llegar a ser completamente reconocibles, resultan del todo familiares y verosímiles, y retrata un ambiente salpicado de corrupción, negocios sucios, actuaciones policiales limitadas por “las autoridades” y, cómo no, conductas criminales, todo ello en los mismísimos círculos de poder.
Ambientada en diversas localizaciones (Madrid, París, Berlín, Gibraltar, Ámsterdam…) —lo que le otorga dinamismo— y con una galería de personajes que la convierten en una novela casi coral, no traiciona en absoluto los códigos del género y va más allá de un simple “¿quién lo hizo (en verdad, esto es realmente poco importante) y por qué?”. Lo verdaderamente fundamental tal vez no sea el crimen en sí, sino el escándalo que hay detrás; de hecho, uno de los personajes afirma: “No me preocupa la sangre, me preocupa la tinta.”
El lector, que va varios pasos por delante de los investigadores, ya sean estos policías o periodistas, llegado cierto punto, no se interesa tanto por lo que sucedió, sino por averiguar quién ejerce más poder y consigue cumplir sus objetivos o salir indemne de las circunstancias adversas. Los candidatos son políticos de primera línea, magnates de los medios de comunicación, autoridades policiales, jueces o empresarios de éxito.
Con una estructura ligera de capítulos cortos y un lenguaje coloquial, la novela resulta de lectura fácil y, pese al entramado de numerosos personajes, no resulta confusa, pues se van desgranando las motivaciones y caracteres de todos ellos, sin entrar en demasiada profundidad, quizá para no despistar introduciendo subtramas personales. Los mejores pasajes, en mi opinión, son los del asesino a sueldo, tal vez el personaje más novelesco y, probablemente por ello, el más interesante. La guerra de Irak, el enigmático —que no secreto— Club Bilderberg, la Stasi (la policía de la extinta Alemania del Este) y un codiciado Picasso son elementos que salpican y hacen aún más atrayente una historia que comienza con la aparición en un hotel neerlandés del cadáver del director de periódico más influyente y odiado de España con evidencias de haber sido asesinado. Quizá no encontremos reflexiones de calado ni obtengamos conclusiones de peso tras su lectura, pero sí entretenimiento sin más, que no es poco. Solo nos quedaría hacernos una pregunta: ¿cuán similares son las motivaciones, métodos y escrúpulos de los homólogos reales de estos personajes de ficción? Posiblemente… mejor no conocer la respuesta.
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